sábado, 22 de septiembre de 2012

Heridas poco profundas, pero mortales.

Esta madrugada cuando me he despertado del sueño lo primero que he pensado ha sido:

-Si tuviera una grabadora, contaría el sueño entero, pero como no tengo y no estoy suficientemente consciente para escribir, se me va a olvidar.

Y acto seguido me he vuelto a dormir. Así que ahora cuento lo poco que recuerdo:

Estaba en un lugar que parecía un centro comercial de noche, pero no se vendía comida ni nada de eso. Más bien era como un almacén de máquinas.

Lo siguiente que recuerdo es estar en una gran sala grisácea sin ventanas, en frente de algo (creo que era una pantalla) mientras yo lo miraba y manipulaba unos cables y otros utensilios que tenía en una especie de altar blanco. Llevaba una bata científica, y el pelo recogido.

Poco después oía algo y salía al pasillo, que daba a lo que parecía el patio de un convento, solo que en los soportales era todo blanco y tenía un cierto toque a psiquiátrico u hospital. No veía nada, excepto la luz natural que me hacía daño a los ojos.

Volvía a entrar en la sala, y entonces llegaba. Una gran explosión proveniente de la pared izquierda, y las paredes de las salas continuas caían una tras otra en dirección izquierda a derecha, haciéndose pedazos. La explosión me empujaba hacia la sala de la derecha. Caí al suelo, y al levantarme había perdido la oreja y el pómulo izquierdo, y el párpado derecho no se me abría del todo. Luego notaba un fuerte escozor en el pecho, y tenía una raja justo encima de las tetas (no sé que otra palabra utilizar para referirme a que era en el pecho pero no en lo que es el pecho femenino, vaya). Tenía un corte horizontal que pillaba el músculo pectoral. Salía muchísima sangre, más de la que yo creo que pudiera tener.
Había perdido movilidad en los brazos, pero intenté hacer una especie de torniquete como pude, en vano, "porque eso solo funciona en extremidades" pensé.
Al cortar el músculo, y los tirantes de mi sujetador, las tetas, o sea, lo que viene a ser toda la parte femenina que hay en el pecho y que es propiamente grasa, se me estaban cayendo, y con ello desgarrando y haciendo la raja cada vez superior. Con las vendas conseguí sujetar las tetas para que no continuasen cayendo y abriendo la herida del pecho.

La verdad es que para ser un sueño, era muy macabro y detallado todo. Me veía a mí misma en cachos sin piel y la sangre no dejaba de brotar. Eso sí, veía sangre, grasa y músculos, pero los órganos no se llegaban a ver, por lo que pensaba que la herida era muy superficial.

Me vendaba una y otra vez, hasta que conseguí que  la sangre brotar tanto. Ah, ahora que me acuerdo, intentaba detener la hemorragia utilizando nitrato de plata (AgNO3) ¿por qué? No lo sé. Son esos detalles raros que tienen mis sueños. Ni siquiera sé si sirve para coagular.

Me iba como podía (sin correr mucho, porque si lo hacía se me abría el pecho y los brazos me colgaban) al lugar donde se supone que se había iniciado la explosión.

Allí había un compañero, no recuerdo quién. La sala era un patio de pareces blancas inmaculadas, con un suelo empedrad en cruz, como un camino, pese  que no había ninguna puerta. Las paredes de la saa no parecían haber sido afectadas por ninguna explosión. Mi compañero se dio la vuelta, y tenía un aspecto similar al mío, como de múltiples cortes en la cara. Había perdido los párpados y las parte inferior del ojo donde antes habría habido ojeras. Tenía un hacha en las manos. Le pregunté qué había pasado y él procedió a atacarme con el hacha.

En ese momento me cruzó la imagen de que me había golpeado en la tripa, y me vi a mí misma muerta desde  la puerta de la sala, él estaba en el centro de la cruz que formaba el camino empedrado de patio, con el hacha a su izquierda y sosteniéndome ensangrentada, con la cabeza muerta hacia atrás en dirección a su derecha (que mirándolo de frente, era la izquierda). Me sostenía torpemente, ya que mi  cadera colgaba de la columna vertebral del resto de mi cuerpo. Y él lloraba, pese a ser quien me había matado.

Pero lo maravilloso y bonito de los sueños es que sucede lo que pasa y lo que no pasa a la vez, al igual que puedes ser varias personas a la vez o estar en varios lugares a la vez. No sé como explicarlo, porque cuando estoy consciente no tiene sentido y mi mente no abarca este concepto, pero cuando estoy dormida es así y punto.

Así que eso es lo que no sucedió.

En realidad  paré el hacha con mi brazo medio bueno (el izquierdo) y conseguí defenderme de su golpe. Vi que había perdido la cordura, y estaba mucho peor que yo, así que le quité el hacha. Me intentó volver a matar, tuve que usar el hacha en defensa propia. Hasta 3 hachazos tuve que darle en el cuello hasta que conseguí matarle (pero no conseguí cortarle en cuello.

Al forcejear se me había vuelto a abrir la herida del pecho, así que tuve que cambiarme las vendas y todo el rollo de nuevo.

Empezaba a tener mucho frío y los labios se me estaban poniendo azules-morados, la piel translúcida, pero las venas no se me notaban mucho, la verdad.
 Pero todavía me sentía viva. Pensaba que debería estar muerta porque lo que había dejado por el suelo y las paredes ya era mucho más de 5 L de sangre, de hecho parecían como 10 L. Me sentía muy mareada y había perdido gran parte de los sentidos, aun así, todavía podía ver borroso y oír por un oído.

Luego vi mi camiseta por abajo, y tenía mucha sangre. Tenía otra herida a nivel del vientre, y esta vez era algo más profunda, porque veía cachos de órganos, aunque muy poco. Me vendaba y ponía algo que era como un corset de gomaespuma, solo que era más rígido, y gracias a eso podía mantenerme en pie.

Entonces llamaba a mi hermana por el mvl, y no recuerdo qué le decía, pero sé que no le avisaba de lo que me sucedía.

Y aquí viene una parte del sueño que no recuerdo.

Lo siguiente que recuerdo es de estar conduciendo un coche y grabarme a mí misma diciendo, entre otras cosas que no recuerdo:

-"...me estoy muriendo. Muero más rápido. Equivale a envejecer más rápido. Maduro, o mejor, me hago sabia más rápido. Perdono antes. Os quiero a todos. Paz."

Y aquí viene otra parte del sueño que no recuerdo.

Y la siguiente ya es encontrarme en algo que parecía una escuela, buscando a mi  madre para darle lo que había grabado y algo más, pero no sé qué era. Se lo di a alguien para que ella no me viera, pero ella salió cuando yo estaba volviendo a coche.

Me preguntó, muy enfadada, por qué cojeaba. Me cogió del brazo y por poco se queda con él. Yo me había cambiado de ropa y puesto una bata encima.  Ella me miraba la bata y veía pequeñas manchas de sangre en el vientre. Me seguía regañando mientras me abría la bata  y veía la ropa de debajo bañada en sangre. Yo me mareaba mucho y me costaba respirar. Me fallaban las piernas y me caía al suelo. Tenía una rodilla salida, pero ya no sentía casi nada del cuerpo.

Respiraba, pero sentía que el aire que cogía estaba vacío, era como respirar nada. Y daba bocanadas.

Se montaba un corro de gente a mi alrededor  que intentaba ayudarme, pero era demasiado tarde. Intentaba decirles que no tenía miedo. Ya ni sentía frío, ni dolor, ni nada.

Y entonces volvía a ver una imagen similar a la de antes. Me veía a mí misma, cogida en los brazos de la gente de alrededor, muerta. Entonces el espectador desde el cual veía la imagen parpadeaba.

Y yo desperté.

1 comentario:

  1. Seguro que cuando despertaste sentiste una enorme alegría, suele ocurrir cuando uno sueña cosas tan dramáticas.
    Mis sueños malos, suelen ser con toros, siempre corro para que no me pillen y en el momento crítico encuentro una puerta que se abre, no sabes lo mal que lo paso, pero el caso es que me gusta.
    Un beso desde Madrid

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