martes, 29 de mayo de 2012

La enfermería de los Biómetros

Hoy soñé que jugábamos al escondite-pilla-pilla. Una persona muy importante para mí cruzaba un puente conmigo, nos alejábamos de todo.
Aquél puente llevaba a yo qué sé dónde.
Nos separábamos, yo estaba sobre el puente y aquella persona se quedaba debajo, donde pasaba un río.

Había algo asombroso en el puente. Eran biómetros (relojes del tiempo que indican la vida de las personas, pero cada reloj poseída varios relojes chiquititos, que eran de las personas que habían sido o eran muy importantes respecto a la vida del biómetro principal. O sea, que cada persona tenía un biómetro que indicaba su vida y varios biómetros chiquititos que indicaban la relación con los demás)

-¡¡Corre, ven a ver esto!! -gritaba yo, mientras cogía un biómetro. Luego me dí cuenta de que aquél biómetro era el de mi acompañante, y antes de que él subiese al puente vi que había un reloj de los pequeños en el que la arena estaba parada porque había más arena que capacidad. Sin embargo, había otro que estaba roto y que la arena en vez de caer a favor de la gravedad, iba en contra. Su arena era amarilla.

Me di cuenta de lo que eso significaba al instante. ¿Cómo explicarlo aquí sin la  lógica onírica y sin irme de la lengua?

Digamos que un reloj que va a la inversa y desaparece al subir, es que la persona trata de eliminar la relación con alguien; si tan sólo va a la inversa y la arena se acumula arriba, es que versa sobre temas futuros.

Si el reloj está roto o es una arena sin cristal, es que esa persona te ha hecho tanto daño (o va a hacer, pues el reloj iba a la inversa) que has llegado a actuar como si esa persona no existiera.

Si las arenas del reloj están paradas, es que vas a recordar a esa persona siempre de una manera, de un modo atemporal, permanecerá su esencia en tu interior de manera estática e inamovible. Si el reloj está parado por desborde, es porque esa persona, esté o no contigo, sigue siendo de gran influencia y siempre lo será, y es similar al caso anterior sólo que con mucha mayor intensidad y afecta al movimiento de las arenas del biómetro principal.

Antes de que mi compañero subiera, devolví el biómetro a su sitio, pues me acababa de dar cuenta de que era suyo.
Mi biómetro estaba al lado del suyo. Tenía muchos menos relojes, y era muy simétrico. y proporcional; pero tenía relojes rotos de manera simétrica.

Le enseñaba los  relojes rotos, uno a cada lado, de manera simétrica, me cortaba con uno de ellos y me reía.

Él estaba muy enfadado.

-No deberías mirar esto, es una Enfermería -decía mientras cogía su biómetro y me lo acercaba, inculpándome de haberlo cogido antes- no revuelvas el pasado.

Hipócrita. "Pasado".

-Es donde se traen los biómetros a arreglar para que sigan su curso normal. Casi nunca funciona. No me digas pasado, las arenas están paradas -estaba muy enfadada. Ver su biómetro era revolver en un pasado oscuro, pero darme cuenta de que las arenas iban a la inversa y que había arenas paradas me garantizaba que eso no era un pasado, sino el presente actual y mi futuro.

También significaba que había vivido los últimos años en una mentira, pero yo no tenía derecho a quejarme, porque mirar su biómetro había sido violar la confianza... sólo que al principio no miraba el suyo, sino el reflejo del mío en el suyo. No sé, el objeto me atrajo inconscientemente y cuando me di cuenta de lo que estaba haciendo era demasiado tarde.

-Me voy.

Y aquí surgen 2 finales alternativos que el sueño tiene a la vez:

final 1: se marcha, enfadado, mirando de vez en cuando atrás. Me tiro el resto de mi vida recorriendo mundos para encontrarle y pedirle perdón

final 2: estilo Orfeo y Eurídicce pero a la inversa, él se marcha, delante, yo detrás, con mi biómetro mirando al suelo, de vez en cuando le miro, pero él no vuelve nunca a hablarme ni gira la cabeza hacia mí, pues si lo hace, él desaparecerá

En ambos finales me llevo mi biómetro, en el que se quedan motas de arena suspendidas en el aire del interior del vaso, y se recostruyen los relojes rotos, pero ninguno vuelve a caer en ninguna dirección, permanecen siempre en perpetuo flujo de arenas pero no pasan de sus respectivas burbujas de cristal.

domingo, 27 de mayo de 2012

Deseos

Nunca fui muy dada a desear cosas.
Es lógico que desde pequeña pensase imposible que una estrella cayendo o unos pedacitos de dientes de león en el aire pudieran cumplir mis sueños.
 No podía ser tan simple.
No era lógico.
Podía creer en monstruos y en los reyes magos, pero en esa fuerza sobrenatural que sólo poseen las estrellas fugaces, las velas de tu cumple y los dientes de león; no, es irracional, incluso cuando era pequeña era irracional. Incluso en la lógica onírica, donde todo tiene sentido, era irracional.
Pero, eso no quita el hecho de que siempre, en verano, vamos a ver las lluvias estelares;
en primavera soplamos todo diente de león en mi camino
y en mi cumple cierro los ojos antes de soplar y pido un deseo...
Porque aunque no crea en que funcione, porque no tiene sentido, quién sabe... a veces se dan casualidades.
Yo no creo en las casualidades.

Ayer se dio una casualidad, vaya.
Hoy soy feliz.
Mañana ya verás.

sábado, 26 de mayo de 2012

Visita a dónde tengo que hacer la selectividad. Insolación.

En fin, esta mañana he tenido una apasionante visita a la universidad de Alcalá de Henares, pero esta vez no he ido a la parte bonita, no no, he ido a "Alcalá Universidad", por mucho que los altavoces del tren se confundieran y dijeran "próxima parada: Alcalá de Henares" (cabe destacar que los carteles que avisan de cuántos minutos quedan para que llegue nos vaciló un poco, primero ponía 1 min, luego 3min, luego 1 min, etc... no sé si al señor que controla los carteles también le debió de dar mucho el sol esta mañana)

Ah, y me he encontrado con revisores de tickets. PENSABA QUE ERAN UNA LEYENDA, pero no, es verdad, hay gente que te coge y te mira el pase de Renfe. Menos mal que hoy había sido buena y había comprado ticket (normalmente para ir a Alcalá H. no compro, pero como nunca había ido a Alcalá Universidad, por si acaso había que picar a la vuelta, lo compré.

Pues eso. Me junté con una amiga en Alcalá y nos dirijimos a Alcalá Universidad, a tan sólo 1 parada de distancia (wooooo!!).

¿Mi impresión nada más bajar del tren? 1º Si no es por el revisor, no me compro el billete, esa parada es que no tiene ni para picar. 2º ¿Dónde está la universidad?

Pues eso, fuimos andando a través de la universidad fantasma (lógico, es sábado, habrá que ir un día en que haya gente y esté abierta) temiendo que nos apareciera el típico vaquero solitario, pero que en este caso aparecería con sus pistolas, las tiraría al suelo y diría "Este lugar es demasiado grande para los dos... ¡¡VENID Y DADME UN ABRAZO!!".
Pues eso, que tras patear un buen rato por un descampado con infraestructuras que sabe Dios para que existen si no son edificios ni puentes ni na (bueno, dan sombra, pero tienen pisos...) vimos un cartel que podía "FARMACIA-con un trenecito dibujado debajo"
Pensé que lo de que nos ponían un tren el día de selectividad iba de coña.

Pues eso, que ya tengo localizada la facultad en la que me toca examinarme los días 5,6 y 7 de Junio. Apasionante.

Y eso, como nos apetecía andar para sacar pierna y mi amiga, que está estudiando audiovisuales (no, la ingeniería no, la parte bohemia) tenía que hacer una sesión de fotos con la temática "la felicidad", nos dedicamos a ir desde el Hospital ese que está más allá de la facultad de medicina (aquí ya había algo de gente y la ciudad era menos fantasma) hasta la renfe de Alcalá de Henares.

Olé nosotras. Yo, por supuesto, como tengo alergia al sol iba con pantalones largos y chaqueta (últimamente me han estado saliendo unos eczemas que-lo-flipas y además estoy con corticoides para esto, que si les da el sol, me despigmentan o se me ponen amarillos. Los corticoides y el sol son archienemigos ancestrales) posando en fotos a pleno sol, siendo muy feliz en todas ellas (y han quedado bastante guay).

En esto que ya habíamos acabado la sesión de fotos felices cuando me entró una tos también que-lo-flipas y acabé potando bilis. Precioso. Hubo un momento en el que no podía respirar y casi me ahogo en medio de la calle, y claro, la gente de alcalá mirándonos un poco "wtf?!".  Y yo intentando contestar, con el poco aire que tenía "no lo entiendo, no tengo alergia". Y tras unas cuantas arcadas más, volví a respirar.


Todo bien, volví a mi casita medio dormida, pero suponía que era cansancio de haber madrugado para patearme toda Alcalá.

En esto de que viendo la tele en casa, me quedé dormida, luego intenté comer, no podía. Tenía fiebre. Y me encontraba fatal. Típico, insolación, no es la primera vez que me pasa.
He estado durmiendo hasta las 5pm, cuando me he despertado porque estaba ardiendo y seguí con manga larga.
Me he desnudado, he bebido mucha agua, me he mojado la cara con agua muy fría (y me ha descendido algo la temperatura) y me he vuelto a dormir.
Ahora me he despertado hace un rato. La cabeza ya no me arde tanto, pero la tripa, vamos... Estoy completamente descompuesta.
Ahora estoy en un sótano sin luz, a ver si la temperatura fría del que está bajo tierra me baja un poco la sensación de fiebre.
 Y bueno, ahora estoy cuerda... pero cuando me he despertado hace un rato estaba 100% convencida de que era un cocodrilo.

Un día me grabaré con fiebre, para ver todas las cosas inteligente que digo cuando deliro, porque sé que digo cosas que hacen gracia, en cierto modo, sé que pienso mucho más rápido de lo normal, aunque sea ese modo de pensar vanguardista entre la vigilia y el sueño; pero el caso es que cuando estoy bien de nuevo no recuerdo nada de nada de lo que he pensado, hecho o dicho durante la fiebre (de esta vez sólo recuerdo despertarme para quitarme la ropa, por ejemplo)

Y nada, luego me han medido la temperatura y todo ese rollo y me han dicho que me tome un paracetamol.
No me molan los paracetamol, soy más de ibuprofeno, pero el médico me ha prohibido los antiinflamatorios, así que seguiré bajo tierra hasta que tenga frío.

Pesadillas de mi infancia III: No te vayas, mamá.

Esto fue antes de cumplir los 3 años, estoy segura. No tengo recuerdo de ninguna imagen en ese tiempo, salvo de este sueño.

Íbamos caminando por una calle del casco antiguo de Mejorada del Campo y mi madre daba la mano a mis hermanos mayores, y uno de ellos me la daba a mí. No sé porqué, parábamos de repente, mi hermano me soltaba y seguían caminando, yo no podía avanzar, les perdía entre la gente (la calle estaba abarrotada). Gritaba y gritaba, pero ellos, a pesar que me oían, no se giraban. 

Me solía despertar chillando "mamá" en medio de la noche, bueno, mejor dicho, yo chillaba y mis padres venían y me despertaban. 

Más que una pesadilla era un terror nocturno.


sábado, 19 de mayo de 2012

Pesadillas de mi Infancia II: Caída por las escaleras

Solía soñar, no me acuerdo cómo llegaba a ello, que estaba en las escaleras camino al sótano que se hacían infinitas conforme avanzaba por los escalones.
Así que sólo había dos opciones en un mundo en el que no hay más que esas escaleras y la puerta que hay al final de ellas.
Una opción es saltar y matarte, la otra es saltar y entrar por la puerta, y esto solo se puede hacer volando.
Recuerdo que este sueño me angustiaba mucho.

Antes de poder controlar los sueños, cuando era bien pequeña, soñaba que probaba a dar saltitos y a volar antes de realizar el gran salto.Cuando sentía que estaba preparada, realizaba el gran salto y todo iba bien, volaba hasta que estaba a tres escalones de la puerta (cabe destacar que la puerta crecía conforme yo me acercaba, por lo que estaba a gran altura) algo fallaba. Subía de golpe para arriba y entonces no podía controlar el vuelo. Me precipitaba hacia el suelo, iba a morir.

Y justo entonces me despertaba como si me hubieran dado un electroshock, rebotando en la cama.

Otras noches me negaba a morir al final del sueño, y simplemente me dedicaba a bajar la escalera sin avanzar nada, y así hasta el amanecer. Tenía la sensación de haber ya vivido eso (aún no me daba cuenta de que cuando soñaba estaba soñando)

Después de que pude controlar mi primera pesadilla (porque la primera vez que fui lúcida fue en una pesadilla muy macabra, que ya contaré), volvió el sueño de la caída por las escaleras. Pero esta vez pude volar y pasé la puerta.
Recuerdo que había algo conmigo, que yo no vi más que la puerta cerrarse y una inmensa nada de suelo de ajedrez en frente de mí, pero había algo allí a lo que dirigía mis palabras, pero no recuerdo el qué.

-¿Y ya está? ¿Tanto tiempo deseando cruzar la puerta para nada, para encontrar esto?

"No. Aguarda. No es en vano" me contestaba aquello que había allí.

Y me quedaba esperando hasta despertar.

[cabe destacar que la foto viene de la maravillosa fotógrafa Samaku -propaganda subliminal- cuyo blog podéis ver aquí , aunque me da que lo tiene en privado]

martes, 15 de mayo de 2012

Pesadillas de mi infancia I: el Hueco de la escalera

En la entrada a mi casa hay unas escaleras. En ellas hay un hueco que siempre me ha dado miedo, porque es oscuridad total, es como un almacén de trastos bajo la escalera. Al principio había una puerta, pero con la lluvia y la humedad se puso pocha y se cayó.


De pequeña, muy muy pequeña, desde que tengo conciencia, tenía el siguiente sueño, una y otra vez:

Volvía a casa con mi madre de alguna actividad extrescolar, ella subía las escaleras y yo me quedaba atrás, al pie de las escaleras en el jardín. El Hueco de la escalera me miraba, no sé cómo explicarlo, pero yo sentía cómo me miraba.

Me daba miedo subir la escalera... estaba sola en el jardín.

Daba un paso hacia delante, diciéndome que era solo mi imaginación.

Subía un escalón, y el Hueco inspiraba. Yo temblaba

Subía otro escalón y el Hueco se reía. Yo tenía mucho miedo y deseaba llegar arriba cuanto antes, pero por muchos escalones que subía, no avanzaba nunca.

Se me quedaban los pies clavados, no podía moverme.

-No puedes evitar ser lo que eres, eres uno de los nuestros -decía el Hueco con una voz que sonaba como si hubiera una persona  justo detrás mía, con su cabeza justo encima de mi cabeza y sus brazos haciéndome de escudo por los laterales, pero yo no podía verla. Era una presencia invisible. La voz no sonaba como si viniera de todas partes, dentro de mi cabeza. Era una voz... no sé cómo explicarlo. Imagináos que os hablasen roncando, no de manera ronca sino que los ronquitos fueran vocalizados.

Intentaba luchar contra ello, gritar a mi madre pidiendo auxilio, pero sentía cómo mi campanilla se encogía y no podía ni tragar saliva.

Y entonces despertaba.

Es la pesadilla que más veces se me ha repetido. La he tenido desde que tengo memoria hasta los 9 años o así.

Hasta que un día, con 12 años, estaba durmiendo en Murcia, y estaba soñando cualquier cosa, pero de pronto volvía la voz y me dijo "He vuelto".

Me desperté al instante.


Explicación lógica de la pesadilla:
 Mi padre ronca mucho, tiene apnea, y aunque debe utilizar una máquina que le hace respirar cuando duerme, es un vago y no se la pone siempre. Cuando era pequeña, dormía en su cuarto, le oía roncar muy fuerte y me daba miedo.
El Hueco de la escalera es un agujero negro y oscuro en el que mi madre para que no me hiciera daño (es una trastero y tiene cosas afiladas dentro) me dijo que había un monstruo  para que no entrase.
Supongo que me lo creí muy bien.
Luego me cambié de habitación, pero la pesadilla duró hasta que un día me metí en el Hueco a buscar a un gatito herido que se coló ahí, y me di cuenta de que no había monstruo.
Además lo relacionaba con el monstruo que está bajo la escalera de Pesadilla Antes de Navidad

En Murcia, como el piso es pequeño y dormimos todos en un mismo cuarto, oí a mi padre roncar mientras soñaba, y la voz reapareció. De hecho cuando me desperté, pensé que me seguía hablando. Tardé unos minutos en salir del estado de terror en el que me encontraba y percatarme de que sólo eran ronquidos.

Respecto a lo que dice la voz del sueño, no le puedo buscar explicación, pero no es el primer sueño que me dice algo del estilo.

lunes, 14 de mayo de 2012

Explicaciones durante el sueño.

Hoy me he ido a dormir y me he quedado bocabajo en plan "lapa" (abrazo almohada, pierna derecha medio doblada, izquierda extendida, como si me intentase sujetar a la cama) .

 He soñado que le explicaba a mi padre (bueno, no era mi padre, era el señor que era mi padre en el sueño, mantenía la esencia "mi padre") que aquello no era cierto,  que mi cuerpo se encontraba en otro lugar, durmiendo en plan lapa.

Ha sido raro, como estar en dos sitios a la vez y perfectamente consciente de lo que sucede en ambos a la vez. Me gusta mucho esa sensación de poder estar en dos sitios a la vez, sé que no es normal imaginársela, pero en serio, es... inexplicable a la conciencia despierta.

Por un lado, veía todo lo que sucedía en el sueño, por otro, sentía la  cama y el entumecimiento de dormir, y mi respiración durante el sueño.

Sólo solía sentir esta sensación cuando tenía alucinaciones por fiebres muy altas, pero no eran lo mismo, lo otro era como soñar con los ojos abiertos, en este caso estaba perfectamente bilocada, eran cuerpos independientes pero perfectamente conectados y controlados.

Luego me he visto a mí misma desde dentro del sueño, eso ya da más mal rollo, me he visto ahí tumbada en mi habitación. No es la primera vez que tengo el sueño de que me veo durmiendo (sí, es un sueño, no un viaje astral, ¿por qué lo sé? Porque soy como yo me miro y no como me ven los demás, o sea, que no es como ver un vídeo en el que apareces, sino una foto que te has hecho a ti misma para salir a tu gusto aunque no te parezcas a la realidad)

Y a la vez pasaban cosas en el otro mundo...

Estábamos dando como una misa rara, tipo Jueves Santo, y estábamos en unas casas  grisáceas. Se parecían a las de la isla griega Naxos.

La gente miraba como alzaba la hostia el sacerdote hacia el cielo (él estaba en el centro, los feligreses se situaban en balcones y escaleras para recibir la misa). Era de noche. Yo miraba al cielo, y veía que no había estrellas.

-¿Ves como no es real? No hay estrellas -le decía yo a mi padre. Él asentía y sonreía, parecía reírse de mis teorías extrañas- de hecho creo que ya conozco este mundo... es el de la cueva y el demonio.

Mi padre se puso serio y asintió. Entonces todo se volvió desierto.

Hace unas semanas tuve un mal sueño en el que buscábamos algo en una cueva, encontrábamos un hueso humano, no me acuerdo qué, y entonces algo de la cueva despertaba. No recuerdo quién era mi acompañante, pero me parece que tomábamos caminos diferentes, yo trepaba hacia arriba y huía, y veía como por una grieta de cueva, la criatura intentaba salir, pero no podía. Fuera me encontraba con mi acompañante, y sellábamos la entrada. Sé que la criatura, aunque fuera un monstruo, guardaba la esencia "demonio", porque durante el sueño eso era lo que sentía. Las cuevas se encontraban en un desierto.Eran modelados kársticos (irónico en un desierto, ¿no? los karts son los modelados creados por la erosión del agua).

Volviendo al sueño principal, en cuanto le dije eso a mi padre, todo se volvió desierto, y vi las rendijas de una cueva, y como alguien trepaba por ella para salir de ella. No le llegaba a ver la cara, pero sé que era yo, y que era como ver un recuerdo. También veía a mi acompañante viniendo por otra entrada de la cueva, tras sellarla. Entonces se levantaba una corriente de viento y arena y volvía a estar donde antes. Era como ver un recuerdo desde otra perspectiva.

Mi padre seguía asintiendo, con expresión seria. Sin palabras, decía "Sí, este es ése mundo y sí, esa sigue siendo su bestia"

Entonces el sacerdote bajó la hostia a la mesa y el mundo, que antes se veía como si fuera esférico, las casas, subían por los laterales de la esfera, se volvió plano, como el mundo normal (no digo que la Tierra sea plana, me refiero al paisaje de un horizonte, que antes era parabólico y ahora línea recta)

No comulgamos ni nada, la gente fue a sus casas, mirando al cielo, que no había estrellas, y decepcionada, suspiró y bajó la vista.

-Me voy del sueño -le decía yo a mi padre. Él se encongía de hombros.

Entonces despertaba, me sentía en mi cuerpo, en el de verdad, pero no podía moverme, no respiraba, así que deduje que seguía soñando.

Y al final hice un esfuerzo y me desperté tal y como sabía que iba a despertar, en la misma pose, y con la misma sensación, igual que abrir una puerta y pasar a la sala de al lado.

Tras esto, al despertar, se había abierto alguna puerta en mi memoria, porque comencé a recordar todas las pesadillas de pequeña que apenas recordaba de golpe. Las iré escribiendo por aquí.

domingo, 6 de mayo de 2012

Planos, rectas y puntos en el espacio... onírico.

De los creadores de "No te has estudiado la III República", "Freddy Kant" y "El último Goytisolo"; llega a mi cerebro una nueva pesadilla: Planos, rectas, puntos y sus distancias.

Sí, eso es lo que he soñado hoy.

Era la nada, no había nada de nada. Y entones aparecía un punto, sobre mí. Y entonces se hacía un plano a su alrededor (bueno, más bien, el punto estaba contenido en el plano). Luego aparecía una recta. Y yo era otro punto. Y luego era un vector. Me desplazaba del punto que era al principio hasta el punto siguiente, averiguaba sus distancias...Y etc, etc, etc.

Luego era un vector que avanzaba y avanzaba, ahí, en la nada. Y seguía avanzando.

Y me he despertado rodando en la cama (casi me caigo).

Segundo de Bachillerato me está causando pesadillas de lo más extrañas. No recordaba cosas como estas desde que nos tuvimos que aprender todas las estrategias de batalla inglesas y americanas en 4º de ESO.

Ale, ahora me iré a dormir, para madrugar mazo y repasarme la literatura de la posguerra.
Soy incapaz de diferenciar a los Goytisolos y a las Cármenes.
Y encima tengo un hongo en el brazo y en el cuello que se me expande cuando me estreso.

Por Dios, que llegue ya el día 18 de Mayo.



sábado, 5 de mayo de 2012

El Fin del Mundo (o sólo de la Tierra)

Esta noche (sí, un sueño fresco) he soñado con cómo comenzaba la posible destrucción de la Tierra (como planeta, no era el Apocalipsis). La verdad es que mis sueños, lo queráis que no, tienen una relación entre ellos, son como partes de una serie que no se es vista en orden pero que cada capítulo tiene sentido en sí y al juntarlo todo surge la maravilla.

Todos mis sueños de destrucción del mundo se ubican en verano de 2012, siempre he interpretado esta especie de generación de pesadillas como un miedo a selectividad (sólo me quedan 4 semanas) y al futuro (tengo que elegir qué voy a hacer con mi vida, y no, no lo tengo nada claro).Sí, el 2012 me dio siempre mucho miedo.
Unos son por destrucción por acciones antropogénicas, otras bioterrorismo, otras ataque externo al planeta y otras por culpa del Sol.

Gracias al sueño de hoy he recordado un sueño que tuve sobre la destrucción de la Tierra (muy similar a éste) hace poquito, y también el primero que tuve, allá por 2006. Intentaré resumirlos cronológicamente:

En Julio de 2006, en mi primer día de campamento en un lugar de Castilla y León que no recuerdo su nombre (ese año me fui 3 veces seguidas a 3 campamentos diferentes) tuve una pesadilla. Soñé que estábamos en Muñico (mi pueblo) esperando que llegase la noche para ver la lluvia de estrellas.
¿Y qué pasó? Hubo lluvia de algo, pelotazas de fuego, como minisoles (muy falsos, la verdad, se notaba que era un sueño) El caso es que huíamos y nos cobijábamos en el búnker de... no me acuerdo. Recuerdo que desperté muy traumada en plan de "¿Y yo he hecho selectividad para esto?¿Tanto estrés para que desaparezca la raza humana?"
Luego vi esas cosas de divulgación malrrollista de Cuarto Milenio, y me dio canguelo que la fecha de los Mayas y la mía coincidieran (es que hicieron ese calendario pensando en mí). Pero ya sé que mis sueños no son adivinatorios (porque soñé los exámenes de historia y resulta que cayó justo lo que no había soñado... jolines)
Recuerdo que nos salvábamos por ayuda alienígena. Recuerdo estar en un escenario, mirando a las butacas vacías, cuando apareció un humanoide mucho más alto y delgado que yo, con la piel completamente roja y el pelo (muy poco pelo) blanco, y sus esclerótica era roja y gris, sus pupilas, como adaptadas a mucha luz, pequeñas, sus mano, de 4 dedos (sin corazón o anular). Hacía un gesto con la mano y me ponía la mano en el hombro y yo le entendía. Nos teníamos que ir.
Y nos íbamos, hacia el cielo.

Supongo que ha habido más sueños similares desde entonces, pero pasemos a los frescos.

El que soñé hace poco... me parece que comenzaba en Madrid capital, me suena que estábamos en un evento de fiesta de estas a tope, por el día. Parecía que fuera el orgullo gay, carnaval, o la noche en blanco antes de ser de noche, no sé, había cabalgatas y hacía calor.
El caso es que caía una estela de luz, de esas que se pueden ver a veces que son pequeños meteoritos que no se desintegran del todo, que aparece una brecha blanca en el cielo, luz veloz, y desaparece. Pero en esta había algo extraño, era más larga y daba la sensación de más lenta de lo normal.
Me sentía como un dinosaurio de la peli de Dinosaurios, mientras que la mayoría de la gente no se percataba de lo que había pasado en el cielo, cayeron 2 estelas más. Yo esperaba a que el suelo retumbase. Y al cabo de casi 1min después de la primera estela, el suelo retumbó. Y seguidamente 2 veces más.
El suelo realmente  temblaba, pero la gente entre todo el ruido y juerga no lo notaba más que como la vibración de un altavoz.
Yo y mi hermana nos íbamos rápido a casa, en coche (era verano, no había tráfico en Madrid) y cuando veníamos por la Avenida de la Constitución de la ciudad en la que vivimos, el cielo estaba muy naranja y mi hermana decía mi nombre, y yo despertaba de mi ensoñación.

-Mira.

Y miré. El cielo naranja tenía como  manchas moradas que se movían (parecía un cielo hecho de sinapsis entre neuronas moradas, pero como si la imagen hubiera sido licuada). Había una lluvia de estrellas, más bien de estelas de luz como las de antes, que caían rapidísimo, posiblemente en América del Norte, porque allí es donde caen todas las cosas malas (menos Godzilla, que es japonés).
(Lo de la imagen es un cometa -creo- es que no encontraba cosa más pareceida a una estela de luz diurna)
Corrimos a casa, mi familia no estaba, les llamé, no funcionaba la línea. Sólo estaba mi hermano el segundo (somos como cinco o por ahí) con la pequeña.  El suelo temblaba y retumbaba, pero en el sótano de la casa el efecto era menor. Tumbábamos todos los muebles que pudieran caerse sobre nosotras y cogíamos toda la comida de la casa y más. Al cabo de poco tiempo llegaban mis padres y mi hermano mayor (que decía que había dejado a la familia de su novia en el búnker de mi abuela y  que se iba ahora con ellos, nos decía que no había caído ninguna estela cerca de aquí).

Los temblores cesaban a eso de caer la "noche" (siendo verano, sobre las 11)
Mi familia no salía fuera, pero yo iba a explorar.

Todo el mundo salía de sus casas y se quedaba hipnotizado mirando al cielo.

Y no caían proyectiles a la tierra, pero el sol había crecido. Veíamos la puesta de sol de un Sol 5 veces más grande que el sol normal, todos con gafas, como cuando sucedía un eclipse en el cole. Yo no llevaba gafas.

El sol no se iba por completo del cielo, así que la noche era como la mañana. Cuando se hacía de día era imposible salir a la calle. Las noches eran bonitas, el sol era blanco y si te lo quedabas mirando se veían cosas moradas-violetas moviéndose en su superficie, como columnas de fuego morado. El cielo de era totalmente blanco excepto por el este, que era azul muy pálido.

Lo que pasa entre medias, no lo recuerdo, pero evacuaron a todo el mundo, con ayuda alienígena.

Recuerdo que las chicas íbamos por un lado y los chicos por otro, parecíamos viajar a un campo de concentración. Los muy ancianos decidieron quedarse en la Tierra y morir con ella.

Yo no cabía en la nave en la que iban las mujeres de mi familia, por lo que decidí esperar y tuve que montar en la última cápsula.

El viaje era como un juego de pimball, nos llevaban a una estación alienígena, de esta a otra, de la otra a otra, y así hasta que cada uno llegaba a un planeta diferente.

En cuanto llegaba a la estación, me daba cuenta de que hacía mucho calor. No había nadie en la estación. Podía respirar, había oxígeno, pero no había gravedad. Recuerdo andar por un puente (como el de los aeropuertos pero circular  y con cristales y vistas al todo y la nada) en el espacio junto a un humanoide hacia la siguiente cápsula. Él era más grande que yo y no le hacía efecto la falta de gravedad... yo, sin embargo, que soy enana, iba dando saltitos largos, muy lentas.
Cuando él llegaba al otro extremo cerraba la compuerta y daba un botón. El puente comenzaba a encoger y la gravedad se había activado. Lo malo es que puso una aceleración de la gravedad algo superior a 9,8m/s2, y yo estaba en pleno salto y me daba contra el suelo. Me costó lo suyo levantar mi propio cuerpo.

Entrábamos en la nueva cápsula, pero antes de entrar, el Sol volvía a lanzar proyectiles y perforaba la estación. Luego creció de nuevo, engulló la Tierra, y nosotros nos fuimos pitando porque parecá ue iba a estallar.

Y aquí acaba el segundo sueño.


Y en definitiva, el de hoy:

Estábamos jugando al escondite, o algo parecido, en la plaza del Ayto. de San Fernando de Henares, estaban mi mejor amiga, mi novio, y algunos amigos más de mi antiguo insti. Cuando de repente alguien señala al cielo diciendo "Oh, mirad, qué bonito".
Y ahí estaban de nuevo, las 2 estelas.

-Yo esto ya lo he vivido -contestaba yo- ¡Corred!

Y comenzaban a caer más y más, pero esta vez caían cerca de nosotros. Corríamos hasta el sótano de mi casa (algo así como una hora corriendo) mientras caían pequeños proyectiles a nuestro alrededor. Esta vez no eran proyectiles naturales, era un ataque, una especie de bombardeo.

Conseguíamos llegar al sótano de mi casa, esta vez mi familia, mis amigos, unos cuantos vecinos y la familia de la novia de mi hermano mayor. No sé cómo cabíamos.

Entonces mientras la Tierra temblaba, algo, que no podíamos ver, entraba en el sótano y reventaba los cristales, abría todas las puertas y noté cómo esa fuerza en un momento, se quedaba frente a mí, unos segundos, me miraba, y después se iba por donde había venido.

EL suelo temblaba y muchos lloraban. Yo estaba en estado de shock, preguntándome si alguien más había notado lo que yo. estábamos mi mejor amiga, yo y mi novio, en ese orden sentados en una pared bajo un espejo (que la criatura había reventado) con muchos cortes y la cara boquiabierta.
Nos mirábamos, como preguntándonos "¿Vosotros también lo habéis sentido?" pero nadie se atrevía a decirlo en alto.

La gente seguía llorando y chillando.