martes, 30 de octubre de 2012

Amigos, convivencia y dinero: la mezcla explosiva

Una vez mi profesor de tecnología me dijo "El 90% de vuestras voluntades serán movidas por dinero, el otro 10% por sexo... aunque ahora mismo os parezca que es al revés."

Nos lo dijo cuando teníamos 14 años...

Ahora me duele decirlo, pero parece que tenía razón.

Mi madre suele decirme "No hay mejor manera para quitarte de encima a alguien que convivir un tiempo con esa persona y darte cuenta de quien es realmente"

Si algo he aprendido ahora es que no se puede tener amigos si hay dinero de por medio ni amigos por medio si hay dinero... Me parece tan raro que, después de tantas cosas, hayan seguido hasta verter la gota que ha colmado el vaso. 

El blog que hicimos juntos durante el interrail lo moneticé, para ver si sacábamos algo de fondo común para otros viajes. Hace unos días, uno de mis compañeros del interrail me estaba pidiendo cuentas de ello, cito:

"Sabemos que ahora lo estas gestionando tu y que lo tienes monetizado. Recibiras centimillos o a saber que ya que no estas informando de eso. Queria que todos [...] hablasemos del tema, ya que todos participamos en él. Personalmente no me parece bien que te lleves esos centimillos. Se que muchas visitas se deben a tu otro blog, el cual si te pertenece, pero el del interrail nos pertenece a los 6. No estoy pidiendo repartirlo, me parece una estupidez, pero no me parece bien tenerlo monetizado para que solo uno lo disfrute."

Y luego otro compañero comentó:

"A todo esto, es un blog de interraileros para interraileros. No sé qué coño pintan otros viajes de puente. El blog no se hizo para contar si la panceta de nuestro pueblo está rica o no, se hizo para informar a otros interraileros de las dudas que puedan tener"


Así empezó todom, cuando hablamos durante el InterRail y llegamos al acuerdo de que lo íbamos a monetizar para sacar fondos de futuros viajes y que íbamos a seguir escribiendo nuestros viajes, fuesen los que fuesen. O sea, que como podéis ver, en ese comentario, me están culpando claramente de estar quedándome con el dinero ganado (que aún no he ganado nada).

A parte, que las que nos hemos encargado de hacerle publicidad y difundirlo y poner anuncios y de todo en el blog hemos sido Bety y yo, ninguno de los otros se ha molestado en colgarlo en twitter, ni facebook, ni nada de eso, mientras que nosotras lo hemos remodelado, escrito las últimas entradas y decorado con las últimas fotos. ¿Qué han hecho ellos? Quejarse.

El dinero que tendríamos iba a ir para todos, pero ahora será simplemente para 2, lo cual nos viene mucho mejor, ya que poco entre pocos siempre es más que poco entre muchos...


Si me hubieran puesto esos comentarios antes de pasar un mes con ellos pensaría que iba con buenas intenciones, pero después de un mes en el que han comido de nuestra comida (sobretodo la de Bety y cuando compramos uvas y palitos) sin ofrecernos de la suya y se han peleado por temas tipo "dame mi dinero y dámelo ahora", mes en el que me he dado cuenta de lo egoístas que son (yo soy ahorradora tirando a tacaña, pero lo suyo es egoísmo puro) que son, no me creo que ni una palabra vaya con buenas intenciones.

En resumen, que lo que les fastidia es que me quede con su dinero (mentira) y que ante el no poder repartirlo prefieren la filosofía de "si yo no me llevo nada, que no se lleven nada los demás tampoco".

Conclusión: Bety y yo hemos creado un nuevo blog, con las mismas entradas (muchas modificadas) del interrail y con más de nuestras aventuras que vayan surgiendo, aunque sea para "contar si la panceta de mi pueblo está buena o no".

domingo, 28 de octubre de 2012

Eternamente tres


El otro día fue el cumple de un compañero de clase. Una chica le dijo si no le hacía ilusión cumplir 19 años, él le dijo que si a ella se lo haría, y ella contestó que por supuesto,  que al fin y al cabo, ella todavía era menor y le haría mucha ilusión.

En ese momento tuve una sensación de flashback.

Mientras que la mayoría de las chicas siempre quieren crecer (hasta cierta edad, claro está, que a partir de ciertos años una quiere permanecer estática en el tiempo) yo, si hubiera podido elegir, me hubiera quedado siempre con 3 años. Siempre deseé no crecer, aunque sabía que era imposible, que al menos creciese más lento. Y tuve la mala suerte de desarrollarme mucho más rápido... aunque ahora parece que el tiempo me está devolviendo lo que me debe y mientras que con 14 parecía que tenía 18, ahora con 18 llegan a echarme incluso 12 años. Espero que esto siga así.

Mis recuerdos empiezan a partir de los 3 años, con el nacimiento de mi hermana. Solo recuerdo que por aquél entonces era todo maravilloso, todo era real, todo era posible. No había reglas ni líneas determinadas de pensamiento que seguir. Vivía en una nube y pensaba y razonaba las cosas por mí misma, no por un montón de opiniones que me inculcaban en clases de ética, filosofía, lengua o matemáticas; que han sido las asignaturas que más han amueblado mi estructura mental.

Con 3 años no tenía forma, no tenía molde.

 Ahora me siento como un producto, no soy capaz de romper con los esquemas de pensamiento que me han sido impuestos desde que comenzó mi educación en el colegio. En el colegio e instituto nos han adiestrado a todos para pensar en las mismas líneas de pensamiento, y para que nos sintamos mal si pensamos de una manera diferente. Aprendimos un montón de fórmulas sin saber cómo llegar a ellas, un montón de valores matemáticos que solo existen en un mundo inexistente.

Al principio quería pensar que teníamos que aprender un poco de todo por cultura general, ahora lo veo de otro modo. Nos educan para competir pisando a los demás, así es como funcionan las notas de corte, por ejemplo.

Cuando tenía 3 años, yo era más que mi nota de corte. Y no tenía problema de relacionarme con nadie.

Ahora parece que crecen barreras entre la gente de mi edad, y que si nos relacionamos es solo por atracción sexual o porque no tenemos otra opción para no estar solos.

Claro, que en todo hay excepciones, siempre hay alguien dispuesto a tender la mano…

…pero no sé, será por mi desajuste hormonal, será por el estrés que tengo enzima, pero hoy en concreto, lo veo todo muy gris.

Me siento una niña de 3 años encerrada en el cuerpo de una chica de 18. Lo único que me apetece es jugar a balón prisionero y columpiarme y correr y esas cosas. Siento que mis razonamientos no llegan a la madurez agria de los adultos, que me quedo a medias de las explicaciones, que todo me queda grande, que me miran con superioridad y me tratan como tonta, como a una niña pequeña. Como si las estructuras formadas en mi cabeza empezaran a flaquear, pero siguen imponiéndomelas.
 Querría olvidar, solo por un segundo, todo lo bueno y lo malo que ha pasado desde que me hice una “mujercita”. Querría no tener que pensar en los exámenes, ni en todas esas proteínas que entran en mi examen de mañana, ni tener que hacer horarios sobre cuando puedo ver a mis amigos, cuando estudiar, y cuando puedo ver a mi novio.

Querría, solo por un día, pasar la tarde entera jugando a balón prisionero…

sábado, 27 de octubre de 2012

Pitidos, la cuenta atrás.

Basta con decir que todas las pesadillas caen en fin de semana para que te venga una en pleno jueves, el día de antes de un examen...

Este jueves pasado me desvelé en medio de la noche, sin motivo alguno. Como no me sentía cansada, me puse a repasar Fundamentos de la Química, asignatura de la cual tenía examen al día siguiente, esperando que me entrase el sueño de un momento a otro, pero nada, que pasó como 1 hora y media y seguía sin dormirme.

Entonces decidí dejar los apuntes y simplemente tumbarme en la cama bocarriba. Me giré hacia todos los lados posibles para hallar la postura correcta de sueño, y acabé como casi siempre de lado mirando hacia la puerta.

Pensaba que estaba despierta, cuando noté que mis pensamientos tomaban sus propias riendas. No sé si conocéis ese tipo de pensamientos que van como a una velocidad vertiginosa y no eres capaz de ordenarlos de ninguna manera, ese tipo de pensamientos que tienen voluntad propia y brotan de la nada aunque no quieras pensar en esas cosas, esos. Pues bien, brotaron y empecé a pensar un montón de cosas que no me gusta pensar, y entonces sentí que estaba soñando.

Había un pitido, como una cuenta atrás que aumentaba su intensidad, tono y frecuencia cada milésima de segundo. Era la cuenta atrás de que algo iba a entrar en cualquier momento en la habitación y me iba a asustar. Conforme aumentaban la frecuencia de los pitidos, aumentaba la frecuencia de mi ritmo cardíaco, sentía que cuando la cuenta a atrás llegase a 0 me estallaría el corazón.

Al principio pensé que había algo a los pies de mi cama, y pensé en darle una patada, hasta que me di cuenta de que era la silla y que en frente  mía no había nada. Esto era mi garantía de que aquello no era real, pues esa noche dejé la silla, que normalmente la dejo a los pies de mi cama, en frente mía; y yo lo recordaba, por eso me cercioné de que aquello, aunque fuera mi ahbitación no era real.

Eso me dio algo de seguridad en mí misma, y estaba preparada para enfrentarme a cualquier cosa que entrase en mi cuarto para asustarme...

Lo único que los pitidos me iban a reventar los oídos, y mi corazón iba a estallar con ellos.

La cuenta atrás seguía en marcha y aquello que sentía que tenía que entrar en mi habitación no llegaba.

Cuando el pitido llegó a su extremo más agudo junto con una taquicardia por mi parte, desperté. De golpe y en seco, como la gente de los electroschoks de las películas.

El corazón me latía super rápido. Intenté tomarme las pulsaciones, pero tenía demasiado sueño, o más bien malestar, porque con esa velocidad de latidos sueño no se puede tener; así que no fui capaz  de contar, pero iba notablemente aceleradísima.

Y es que tengo 45 pulsaciones/min en estado de reposo, o sea, cuando duermo puede que tenga incluso menos... así que imaginaos lo grande que es el cambio para mí de despertarme y que a lo mejor me lata el corazón una vez cada segundo y medio a despertarme y que me lata  3 ó  4 veces por segundo (entre 180-240 pulsaciones por minuto).

Respiré fuerte y profundamente e intenté calmarme.

Por suerte, siempre  vuelvo al estado de reposo rápido. Cuando todo volvió a la normalidad sonó un silencio absoluto, de esos silencios que parece que suenan por encima de cualquier ruido, no sé si me entenderéis pero no hay mejor manera de explicar este tipo de silencio sepulcral.

Entonces cayó la lluvia, con fuerza, irrumpiendo el silencio de la noche. Al igual  que los latidos de mi corazón, la intensidad de la lluvia se fue calmando.

No volví a concebir el sueño.

Al día siguiente tenía un cansancio tremendo y constantes ganas de llorar, pero eso puede ser porque ahora mismo debo tener un desajuste hormonal... estoy sangrando más que nunca con la ovulación, supongo, porque no veo otro motivo para sangrar (obviamente no es un sangrado de implatación porque no tengo relaciones sexuales) y me siento más ñoña que con la regla... Y vivo en un constante estado de semimareo.

Sé que la imagen de hoy no cuadra ni con pitidos, ni con dolor  de oídos, ni mareo, ni taquicardia, pero moalaba. Se llama "dolor de cabeza", solo que su título estaba en alemán.

domingo, 21 de octubre de 2012

Las mensajeras y el follet

Parece que soñar se ha convertido en algo propio del fin de semana o de losdías festivos. Hoy me he vuelto a desvelar por la noche, aunque no ha sido exactamente una pesadilla. Lo voy  a contar lo más resumido que pueda:

Estaba peinándome en frente de la superficie reflectante de la ventana (en mi cuarto no hay espejos y cuando se va el sol la persiana bajada junto con la ventana cumplen la función de espejo) cuando de repente me daba cuenta de que la puerta de la habitación estaba totalmente cerrada y aparecía en la esquina de la habitación,delante de la puerta, una amiga. Llamémosla E. E me daba un susto al verla ahí, yo la preguntaba porqué cómo había hecho eso y al momento me daba cuenta de que E estaba muerta y venía como fantasma (en la realidad E está viva) y ella se reía y me contaba porqué estaba ahí, pero no lo recuerdo. Al momento traspasaba la puerta otro fantasma, de una chica que no recuerdo su nombre pero sé que conozco, o más bien, era una fusión entre unas chicas que conozco. Era muy alta, así que la identifiqué con otra amiga, llamémosla L. L se disculpaba de llegar tarde y luego contaba unas cosas sin sentido de que se había ido de compras (venía con bolsas de la compra). E la cortaba y tomaba la voz cantante.
"Todo el mal de esta casa está encerrado en esta esquina" decía, y señalaba la esquina que hay detrás de la puerta, que normalmente está abierta y esa esquina no se ve. No podía verla, poque ella la tapaba, pero sabía que había un follet detrás, aunque  ella lo llama trasgu. E veranea en Asturias, supongo que por eso me contaba esto, y la habré relacionado con el follet por una vez que estuvimos hablando sobre mitología asturiana, y estuvimos discutiendo sobre si era follet o trasgu, pero vamos, viene a ser lo mismo, un duende.
Luego E seguía hablando cosas incoherentes mientras que L la miraba desde muy alto. L era muy alta, y en este momento tenía como 4 brazos para sujetar muchas bolsas de la compra. L es una chica que suele ir muy desarreglada y ahora iba de punta en blanco. Lo que E decía, básicamente, era que dejase hacer al trasgu lo que le diera  la gana y que no podía hacer nada por evitar que actuase. Pero se notaba que E estaba a favor de las picias del trasgu, más bien me estaba echando una bronca porque no le permitía actuar.
Yo me reí y le dije que esto no podía ser verdad, y me desperté.

Pero fue uno de esos despertares que crees que has despertado y no es más que parte de otro sueño. La puerta de mi cuarto seguía cerrada, lo que me extrañó mucho.

Fui a abrirla, porque no me veía por la labor de volver a dormirme sola, además parecía que ya había amanecido. Al ir a abrirla puerta, el picaporte me dio una sacudida, algo magnético que me agitó la mano, y luego se abrió solo. Eso ya me asustó un poco y pensé que pese a que me había levantado seguíamedio dormida, así que con el miedo iba al cuarto de mis padres, que ya se habían levantado, y les decía que si podía dormir en su cama, y ellos que vale, pero que les tenía que contar qué había soñado. Yo les decía que lo contaría cuando despertase, que era una tontería.

Entonces me dormía. Y ahora sí que despertaba en la realidad. 

Me he ido a dormir bocabajo miraando hacia la puerta. Me he despertado bocarriba, con el cuerpo totalmente estirado, los brazos en alto, pero no tenía los músculos agarrotados, como las otras veces que me despierto así. Mi pose se parecía a la de una bailarina.

Me he llevado un sobresalto porque de repente la habitación se ha iluminado como si algo respirase luz... Luego he visto que me he dejado el portátil en suspensión y el móvil ya se había cargado del todo y por eso estaban dando luz.

Además, la puerta de mi cuarto estaba muy entornada, pero eso es poque mi hermano cuando vuelve de fiesta la suele cerrar para que no me despierte con la luz. Muchas veces me despierto por el simple hecho de que la cierra. Si hayalgo que no soporto, es dormir sola con la puerta cerrada.

Así que me he levantado, he abierto la puerta, he encendido 1 de las 3 bombillas de mi cuarto y me he vuelto a dormir. Y sé que he soñado con el mar, una montaña, unos asesinatos, una feria, unos niños desaparecidos y unas gaviotas que vuelan en picado y hacen agujeros en los toldos; pero no soy capaz de ordenar el sueño.

sábado, 20 de octubre de 2012

Soledades

Otra vez esa sensación, la de vivir una vida desde una tercera persona.

No, no es la sensación que tiene la mayoría de la población sobre que alguien controla su vida, no. Más bien es la sensación de estar viviendo una vida ajena, de habitar un cuerpo que no te pertenece, y de ver su vida como quien ve una película. O más bien como un videojuego, porque al fin y al cabo, yo manipulo al protagonista.

Sí, exacto, es como si hubiera una pantalla que me impidiese vivir la vida en primera persona, y me alegro o entristezco levemente de lo que me sucede, pero esos sentimientos auténticos que solía tener ante la realidad están perdidos, o al menos mis maneras de manifestarlos. Los gestos se han vuelto movimientos reflejo ante situaciones concretas, no ante sentimientos concretos.

 Y el resto del tiempo solo queda ese vacío que me reconforta, y de algún modo, me llena. Paso la mayor parte del tiempo en un estado asentimental, completamente alienada de la humanidad. Paso la mayor parte del tiempo en un estado de paz.
Ni si quiera echo de menos el sentimiento de echar de menos.

martes, 9 de octubre de 2012

Arropando

Como todas estas últimas noches en las que no tenía clase al día siguiente, he vuelto a pasar una mala noche.

Todo empezó porque me levanté a eso de las 3.47 am porque me hacía pis y no dormiría bien hasta que me hubiera vaciado completamente. El problema fue que no reconcilié el sueño ni con la vejiga llena ni vacía. Volví a la cama y me quedé despierta, bueno, más bien en ese estado entre medias en el que piensa una disparates de los que nunca se acuerda después, ni cuando sueña, ni cuando se despierta, pero siempre tiene la sensación de haber estado pensando incoherencias.

Supongo que, entre vuelta y vuelta en la cama, debí caer dorrmida en algún momento, estando de lado apollando el costado derecho, dándole la espalda a la puerta, lo cual nunca hago cuando duermo (tengo la manía de dormir con la cabeza en el lado  opuesto  a la gente común, como vigilando la puerta)

Sé que estaba soñando algo incoherente, y entonces volvió a pasar.


Sentí que despertaba, pero no podía moverme. Algo me arropaba y me acariciaba el brazo y luego me daba un apretón, como el que le suelen dar a una animarla antes de un gran evento o para luego acariciar la cabeza y decir "Tranquila. Ya pasó, ya pasó... shhhh." Sí, ese tipo de apretón.

Pero la sensación de no poder moverme y el pánico que me entra con este tipo de sueños estaba presente en el momento, pese a que lo que fuera actuase con cariño. Tenía la sensación de que aquello que me había arropado  estaba ahora detrás mía observándome. Podría jurar que, aunque no lo veía, mientras soñaba estaba segura de que era una sombra alta y ancha de espaldas, probablemente masculina. Su posició tras arroparme consistía en abrir las piernas a la altura de los hombros y dejar las manos juntas agarradas y con los brazos estirados dejándolas caer, como la posición que adquieren a veces los miembros de seguridad o los policías. Y me observaba, lo sentía.

Después del apretón me relajé, y poco después conseguí despertarme. Cuando encendí la luz y me giré no había nada (OBVIAMENTE), de hecho ni siquieraa estaba arropada tal y como había sentido.

Pensé que quizás sí había sido arropada en algún momento por mis padres y que luego en sueños yo me habría desarropado, pero a la mañana siguiente cuando le pregunté a mi padre, que es quien tiene insomnio y a veces se pasea por la  noche para comprobar que estamos bien arropados y con la ventana cerrada o vigila que no nos dejemos luces encendidas o acude si tenemos pesadillas; dijo que no, que él no había pasado por mi cuarto. Mi madre tampoco. Dudo que cualquiera de mis hermanos me tenga suficiente cariño como para arroparme por la noche si paso frío, y además es que anoche hacía muchísimo calor.

Todo esto sucedió sobre las 4.23 am.

Creo que mis pesadillas están muy relacionadas con la temperatura. Debería dormir en un sitio más fresquito.

De todas formas, no me atrevía a apagar la luz de nuevo, así que aflojé unas cuantas bombillas y me quedé durmiendo con la luz encendida.

Oí a mi hermana llorar en una pesadilla, y a mis padres atenderla. También les oí venir a mi cuarto al ver la luz al final del pasillo encendida, pero yo me estaba haciendo la dormida, en ese estado de las cosas incoherentes que no se recuerdan. Sé que pensé "que no me apaguen la luz, que me despierto en el acto con una taquicardia".

Sé  que la última vez que miré el reloj eran sobre las 6.30 am.

Este episodio me ha recordado a una vez que soñé creer estar despierta y se me apareció la sombra de un ex-novio y me dio un apretón de mano y un beso, diciéndome "he vuelto". Esa vez sí que me dio un pánico... Pero no sé con quién identifico que una persona me arrope en sueños.
Quizás es una muestra de necesidad de cariño. Sobretodo no me gusta sentirme sola cuando duermo... no es que me sienta desprotegida, es que me siento muy, muy sola; pese a saber que porque duerma al lado de alguien viviré un sueño diferente, siempre conviene tener a alguien cerca para despertarme si empiezo a revolverme con angustia.

Y hoy me he quedado dormida en el tren, en el autobús y en el metro. Suerte que el tren y el metro tenía que ir a estaciones finales de línea, y suerte en el autobús viajaba con mi novio, quien, a parte de ser cómodo para apollarse,  hace que me sienta más protegida.

domingo, 7 de octubre de 2012

Contraataque en las pesadillas

Parece que el tener pesadillas las noches previas a los días festivos se está convirtiendo en costumbre. Este viernes, por lo menos, fue algo más... "controlable".

Lo primero que recuerdo es que era un domingo de misa. Teníamos que llevar unos vestidos parecidos a los de las mujeres de "Paseo a la Orilla del Mar", cuadro de Sorolla, sólo que estos vestidos parecían estar hechos con manteles y cortinas, porque tenían los típicos agujeritos de los manteles de las abuelas. Éramos todo mujeres, hasta quien ejercía de sacerdote era un mujer (pero no era un sacerdotisa). A parte de mujeres en blanco, había algún niño (masculino) por ahí, creo que sólo 2. Vestían en gris, con polo y camisa.

Recuerdo que la mujer que guiaba la misa nos daba unos avisos para el lunes siguiente. Más que una misa, era un especie de charla feminista (o más bien feminazi). Me irritaba lo que decían, así que me marchaba.

Una imagen se me filtraba de reojo. Sus cuerpos se podían ver bajo los agujeritos de los vestidos-mantel. Eran escuálidos y pálidos, pese a que las caras estaban muy maquilladas. La zona de las manos era solo hueso.

Me iba indignada y me quitaba el vestido, que tenía mucho polvo y pesaba mucho. Yo llevaba vaqueros y camisa de tirantes negros debajo del vestido (vamos, lo de siempre). Entonces la gente normal volvía a aparecer en la parroquia y ni rastro de las mujeres de blanco. Iba al despacho del cura porque le tenía que comentar unas cosas sobre la catequesis y me encontraba a María (una de las catequistas) con un Ñu-Bisonte, que le llamábamos Ñu pero a mí me parecía más un bisonte, muy grande, que hacía de secretario y ordenaba los papeles de la parroquia. Resultaba que tenía 1 año y medio y era un cachorrito que había aparecido de la selva de al lado de la iglesia. Estaba muy suave y buscaba palos cuando se los lanzábamos.

Hasta ahí todo feliz y normal.

Ahora viene la parte rarita.

Entraba en mi casa, porque se supone que volvía de la universidad como un día normal (solo que volvía a la hora de comer, y normalmente esa es la hora a la que salgo) y ahí empezaban las cosas raras. Al entrar, sentía como un aire extraño, como una onda que lo distorsionaba todo de golpe, como sale en los anuncios de ambientadores cuando hacen click en el ambientador, pero a lo distorsión siniestra.

Mi madre estaba en el salón con el portátil, como casi siempre, pero no me saludaba. Miraba a mi izquierda, y aquí viene la peor parte de mi sueño. El cristo que tenemos en la entrada, justo antes de pasar a la cocina, estaba bocabajo.

La primera sensación, pánico de golpe. Pero en menos de 2 segundos me di cuenta de que eso solo podía pasar en una pesadilla. Con solo pensarlo, el cristo volvió a su lugar correspondiente, no porque se girase, simplemente al volver a parpadear esta bien colocado, como si nunca hubiera existido en otra posición.

Entraba en el salón y me dirigía hacia mi "madre". Ella no levantaba los ojos del ordenador. La conversación era algo así:

-Hola, mamá

-Ah, hola cielo. ¿Qué tal el día, querida?

-Tú no eres mi madre. Mi madre no habla así.

Y entonces ella levantaba la vista por encima de las gafas.

-Y mi madre no se pone gafas aunque las necesite.

-Bueno, vale. ¿Y qué me vas a hacer? Tienes miedo.

-Ya no.

Y me acercaba a eso, que iba tomando un aspecto de mujer joven, con la cara tirando a una serpiente. Levantaba la mano y se la ponía en la cara y apretaba con fuerza.

-Largo de aquí. Vete. No tienes derecho ni permiso para asustarme.

Eso se reía y contestaba algo así como "Tú sola no puedes obligarme".Y entonces desaparecía de mi mano y aparecía al momento debajo de la mesa. La volvía a atrapar y seguía la conversación.

-No estoy sola. Tengo algo que tú no tienes, poder, sobretodo de elección.

Y volvía a atraparla y comenzaba a rezar un Padre Nuestro. Sólo con tocarla, quemé su cara. Volvió a cambiar de sitio y estaba detrás mía. Seguí rezando, la atrapé, y esta vez ya no pudo soltarse.

Recuerdo que luego rezaba a la Virgen, algo que nunca hago mucho, y eso les hacía mucho más daño. Se derretían. Sé que no morían, porque algo me decía dentro que no pueden morir, pero sufrían.

Acabé con todos los bichejos que había por la casa. Recuerdo que una de las oraciones decía algo así como "Dame fuerza para adorarte y frente al miedo se tú mi único estandarte" Todas las oraciones estaban en español, y todas rimaban, y estoy cien por cien segura de que, excepto el Padre Nuestro, no había escuchado ninguna otra.

Entonces sentí unas palmaditas en la espalda en plan "bien hecho". Y yo sentía que había una criatura alada, mucho más alta que yo, detrás mía. La criatura me decía por una voz, no hablaba, algo así como "seguimos contigo". Entonces yo contestaba algo así como "¿Az-rael?" y me giraba para verle y despertaba.

Supongo que dije ese nombre porque es el ángel que sale en todas las novelas de Terry Prattchett y/o Neil Gaiman. Tengo que variar un poco de lecturas...
Para el que no lo sepa: Azrael es el nombre que se le da al "Ángel de la Muerte" o "Exterminador" en la cultura Judía.

viernes, 5 de octubre de 2012

El solitario de sombras

Hoy he tenido un sueño bastante largo en el que pasaban muchas cosas, voy a contar solo un fragmento, porque lo que viene después es un poco rollo.

Era una chica a la que le tenían prohibido parpadear, porque cada vez que parpadeaba, ella, y otros 4 amigos aparecían en una "prueba" diferente.
Las pruebas eran juegos de mesa pero llevados a la vida real. Casi nunca acababa los juegos, porque parpadeaba antes de ello. Todo empezaba con un ajedrez, pero no dio tiempo siquiera a moverme, parpadeé antes de que empezase.

Pero había un juego que duraba más que el resto.

Ella y los cinco estaban de pie al borde de una cascada en medio de la nada, parecía el borde de la Tierra en esos tiempos en los que aún no era redonda. Los que estaban de pie eran solo siluetas negras, y sus sombras caían por la cascada como si estuvieran cosidas a los zapatos. Las sombras eran opacas.

Luego nos dábamos cuenta de que nosotros no éramos las siluetas, sino las sombras, y nuestras siluetas eran nuestras sombras. Una cosa un poco extraña.

Yo tenía que jugar a un juego parecido al solitario. Eran cartas de póquer, obviamente. Recuerdo cuatro cartas en especial: 7 de rombos,  2 ó 3 de tréboles, Reina de Picas (pero era de color rojo) y 3 de Corazones (pero con los corazones colocados simulando un gran trébol). La que mejor recuerdo es el 7 de rombos. por supuesto, había muchas más cartas, de hecho creo que salía casi toda la baraja, pero las que se me han quedado son ésas.

Cada vez que hacía algo bien, las sombras se acortaban y se acercaban a la silueta, a veces podían hasta tocarla, como atacarla. Cada vez que hacía algo mal, la silueta atacaba a la sombra, y la sombra se alargaba más, cayendo por la cascada.

Sabíamos que si nos alargábamos demasiado, caeríamos a la Nada y nuestras sombras tomarían nuestra Personalidad y ocuparían nuestro lugar.

A parte de mí, había 3 chicos y 3 chicas. Recuerdo cometer un error muy grande, y perder a uno.

Entonces parpadeé, y estaba en una silla de ruedas en un hospital, muy entumecida. Me llevaban en un suelo de hospital de color azul bebé pálido que estaba muy encerado y resbalaba muchísimo. Me iba desperezando y me levantaba, y entonces llevaba al que me había estado llevando a mí en la silla.

Y no mucho más que contar, nos tirábamos dando vueltas al edificio como si fuera una pista de hielo hasta que desperté.

jueves, 4 de octubre de 2012

Cambio de roles

Vale, este es el sueño más raro que he tenido nunca. No raro por su rareza, sino raro porque... no es mi estilo, parece más bien salido de una peli de Almodóvar, y mira que sus pelis me gustan bien poquito. Bueno, trataré de contar el resumen del sueño lo más breve posible. Era como mirar una peli (o más bien, telenovela)

Estos eran un chico y una chica que se conocían de pequeños y eran super-amiguísimos. Vivían en una isla un poco aislada del resto del mundo. Un día la niña se iba y ni rastro de ella.

Pasaban los años y el chico se hacía algo así como geo-marine. Se hacía tope colega de otro geo que estaba en su equipo.  Luego salen las típicas escenas de peli misión imposible, tortas y puñetazos y tal. Pasaba el tiempo y el chico se daba cuenta de que se empezaba a sentir atraído por su compañero.

Un día el amigo notaba que se fijaba demasiado en él, y se ponían a hablar, y resultaba que es que su compañero era la niña de la que era super-amiguísimo de pequeño, que había vuelto, pero no quería decirle nada por miedo a que le rechazase.

Él (o ella) le contaba que se había sentido atrapado en el cuerpo de una mujer toda su vida y etc, y por eso se había cambiado de sexo. Entonces el compañero cogía y le/la besaba. El/la otro le apartaba super rápido, diciéndole que le gustaban las chicas y eso. Luego se acababan enamorando, aunque claro, el chico chico de verdad se iba volviendo algo más femenino. Y se prometían hacer otra operación de cambio de sexo, para transformar en una chica al chico chico.

Una rallada, ¿verdad?

Bueno, el caso es que el chico antes de todo esto tenía dudas y no le convencía lo del cambio de sexo.
Unas semanas después, en una misión, le daban un golpe en la nuca y se quedaba en coma. Sus padres sabían la relación con el otro, y decidían hacerle el cambio de sexo para que cuando se despertase del coma sintiese que no ha perdido un cacho de su vida y darle una sorpresa y blablablá. El/la novio/a se negaba porque decía que él no estaba seguro de querer el cambio, pero los padres de él decidían seguir adelante con la operación.

Estaba en coma 16 meses, y cuando se levantaba de nuevo era una mujer. No le hizo mucha gracia, pero ya que era irreversible (en la realidad no sé, pero en el sueño, sí). Tenía que dejar a los geo-marines, porque no podía haber mujeres ahí.
Y nada, seguían su vida, aunque no era lo que quería y se arrepentía del cambio, sabía que es que ya no tenía opción y enfadarse con sus padres de poco iba a servir (los padres eran multimillonarios o algo así).

El sueño acaba en que todos se van de crucero juntos a celebrar la boda, y los invitados tenían que pasar un casting de buen comportamiento para poder ir los 15 días de boda (mucha juerga, ¿eh?) al crucero con ellos.

Espero que Almodóvar no lea nunca este blog, ¡que segurísimo que me plagia!
En serio, qué poco me gustan sus pelis... ¡tienen una temática tan repetitiva!

lunes, 1 de octubre de 2012

¿Lucecita quita miedos?

En vista de mis repetidas pesadillas, y de las de mi hermanita de 6 años, mis padres han decidido comprarnos una luz quitamiedos.
Mi mamá prefirió no elegir una luz con tonos rojos, porque resultaba muy siniestra. Querían una azul o blanca, que son los colores que menos miedito dan.

El caso es que quedaban naranja (que no es muy diferente del rojo) o verde.

Escogieron la verde.

Ahora cada vez que me despierto tengo miedo de encontrarme un alien en el pasillo. Mi madre, por el contrario, tiene miedo de encontrarse una prostituta... dice que la lucecita le da al pasillo un aire a puticlub. Mirad la foto y decidme... ¿a que con la luz da más miedo aún?