sábado, 25 de febrero de 2012

Sólo si hablas.

No quieren más discursos
o problemas.

A veces me pregunto qué pasaría si volvieran, quizás no les
gustaría el resultado...
u otra cosa peor, quizás no les gustaría el proceso.
A veces también me pregunto por qué.
Nunca encontré sentido a nada de esto.
Todo, mentira, no quería encontrarle sentido... por miedo
o por dolor...

Meras esperanzas de haber sido un sueño,
alguna ilusión brotada de unos enfermos,
similares a sus quimeras y fachadas.

-Hablarás, te arrepentirás y callarás. Desearás no haber hablado nunca de tu realidad. Te equivocarás, volverás a hablar. Y otra vez más te arrepentirás y callarás.
Y entonces desearás que todo haya sido un mal trecho, que te perdonen y olviden, pero sabes que no hay vuelta atrás. Palabras por palabras, y no dirás nada.-

domingo, 19 de febrero de 2012

Querido diario.

Tengo miedo cuando leo mi (mis, más bien) diarios.
Cosas que hice y que no recuerdo, hasta que las leo. Y entonces pienso: "¿Cómo pude ser tan estúpida?" ,o "¿De verdad pensaba yo eso?" , o bien "No me reconozco".
¿Y lo que siento? Vergüenza. Creo que es lo que todos sentimos cuando vemos cómo hablábamos de unos problemas bobos hace unos años, ahora que pensamos que no es para tanto.

Y lo que más me impacta de todo es que solo escribo lo que olvido (bueno, quizás olvide más de lo que creo), esto es, las partes malas. Si alguien en un futuro leyera mi diario se quedaría con muy mala idea, no de mí, porque de eso no habla, sino de las personas que me han rodeado.

Las personas a las que más quiero se las nombra muy poco en el diario.

Y recuerdo sus nombres a la perfección.

Será porque ellas no me han hecho daño.

Y un par que no escribo días largos en el diario, como los que solía escribir. Y los escritos son cada vez menos largos.

Será porque cada día soy más feliz... más vaga.

martes, 14 de febrero de 2012

La Montaña de los Cirstales Oblongos.

Subimos por una montaña salina, de cristal blanco. Hay escalones hechos de cristales oblongos, transparentes o blanquecinos, óvalos y rectangulares, finos y gruesos, que descomponen la luz del Sol.

Al principio camino sola, hacia el Sol.

Las escaleras suben en espiral.

Poco después aparece ese amigo que hace mil que no veo, con el que llevo soñando hace un par de semanas, y poquito después aparece una amiga común de los dos (más suya que mía, la verdad) de la cual hace todavía más aún que no sé nada.

Y entonces revivimos una conversación que ya mantuvimos hace unos 3 años, solo que en vez de ser en medio de la noche-madrugada con linternas en una montaña perdida y alejada de la mano de Dios, esta vez es de día.

No quiero decir de qué hablábamos, porque eso ya me parece muy personal.

Yo a ella no la podía escuchar, y cuando hablaba, la veía mover la boca... y era como si estuviera dentro de una cámara insonorizada, porque su imagen a veces parecía estar detrás de un cristal.

No miro mucho hacia atrás, pero a veces miraba y ella allí estaba.

Y cuando hablaba él me gritaba lo que ella decía, porque yo no podía oírla aunque me chillaba y golpeaba una pared invisible... Así que optó por susurrarle a él antes de malgastar sus energías conmigo.

A veces había mesillas de cristal en medio del camino.

Yo que iba la primera, a veces, corría y las colocaba detrás de mí para que no pudieran alcanzarme mi compañeros. Nunca llegaron a tocarme.

No era exactamente huir de ellos, era evitarles.

Luego me doy cuenta de que tengo una linterna, como aquella noche en la montaña hace unos 3 años, y veo que nunca he dejado de enfocar al frente con ella. Y entonces me giro y alumbro a mi compañero, y al girar la cabeza atrás me doy cuenta de algo: el Sol no ha sido más que el reflejo de mi linterna.

Sus ojos brillan raro por el reflejo de mi linterna, como si cada ojo fuera un Sol en sí. Y entonces es cuando repite las mismas preguntas de hace 3 años.


Y entonces la conversación empieza a degenerar. Recuerdo preguntas sin sentido como "¿Tú Pulpo?" "¿Puedo inversa de A por la Identidad?" "¿Sabes adjunto?" [las mates me están afectando al coco ] Y varias cosas en alemán pero en tono español ("¿Du kommst und nicht mehr raus?")

Y mi compañera vuelve a aparecer y empieza a decir cosas que eran poemas de Lorca y Machado.

Apago la linterna, desaparecen. Me quedo en una oscuridad completa, en esa nada negra que podemos pensar pero no imaginar.

Suspiro.

Y me despierto.

Y son las 6:32 am y se oye a mi padre roncar por todas partes -.-

lunes, 13 de febrero de 2012

¿Desconocidos?

Ayer, volviendo de a casa, un chico, o señor, se me quedó mirando cuando crucé por detrás suya y luego me siguió con el coche. Yo no dije nada, paró el coche a mi lado me miró fijamente y dijo "hola". O eso leí yo.
Supongo que me confundió con alguien, pero al ver que no le contestaba, siguió adelante con el coche.

Entre mi poca memoria y mi astigmatismo no creí reconocer a nadie.

Tampoco es la primera vez que alguien me saluda y pienso "¿quién eres?".

¿Te pasa a ti también? Alguien que conoce tu nombre, dice tu nombre y te saluda. Y tú no tienes un nombre cualquiera, no, no, no. No te llamas María, ni Alejandro, ni Laura, ni David, ni cualquiera de esos nombres que tienen tanta historia y poder que se oyen por todas partes. No, sabe tu nombre, y lo dice bien, no como casi todas las personas que conoces.

Y tú solo puedes contestar "¿y tú quién eras?" pero realmente quieres decir "¿tú quién eres?".

Se ríen, y piensan que te haces la loca, que no lo recuerdas. Bromean sobre ello.

Pero no es una broma.

Es verdad.

Y te preguntas qué, cómo, cuándo, quién, porqué... si no bebes alcohol,¡¡ no deberías olvidarles!!

No lo recuerdo.

domingo, 12 de febrero de 2012

Dulces despertares.

Llevo una racha de días despertando de una manera bastante curiosa, aunque ya me pasaba hace un tiempo algo similar...

Normalmente tardo mucho en despertarme, me gusta retozar en la cama un poco antes de despertarme. Y cuando me levanto suelo estar muy empanada y lenta.

Pues bien, llevo algo más de una semana despertando al sonido del despertador, pero como si fuera movimientos involuntarios, como si no fuera consciente del todo, hasta que bajo a desayunar. Es como si no me controlase yo misma, vaya.

Me levanto muy bruscamente, como esas tiendas de quechua (creo), de campaña que se montan en 2 segundo al lanzarlas al aire (sí, es lo así como me siento) y como si no me moviera por voluntad propia, vaya.

Lo bueno es que no me siento cansada.
Lo malo es que cuando llega la hora del desayuno no recuerdo nada más que el despertar.
Sé que cuando despierto recuerdo lo que he soñado, pero a partir del desayuno es como borrón y cuenta nueva.

Creo que es en el desayuno cuando me pongo consciente porque es cuando tengo que elegir qué comer, y hay que estar consciente para elegir bien . Creo que el resto lo hago todo tan automáticamente porque es la parte del día que nunca cambia (despertar, orinar y asearse; siempre en ese orden).

Espero que estoy pase, porque quiero volver a recordar los sueños de manera nítida.

Sé que esta semana he soñado con un chico al que hace meses que no veo (o años) -no voy a poner nombres, nunca lo hago- y no sé porqué sueño con él. La verdad es que me ha pasado muchas veces, pero no ha sido nadie muy importante en mi vida como para que aparezca tanto. Creo que representa una parte de mí, la soberbia.


miércoles, 1 de febrero de 2012

Ilustrando sueños.

Dándome un paseo por mi deviantart me he encontrado un dibujo de uno de los sueños, que tuve
durante mucho, mucho, mucho tiempo. Es en el agua como siempre. Ya ni me acordaba de estedibujo, está hecho de estilo manga.

Cómo no, aparece una de las señoras peces que viven entre el purgatorio y la Antártida. Tenía un nombre de esos impronunciables...



Este es de ese tipo de sueños que no escribí en su momento y ahora no me acuerdo muy bien de qué iba. Es como si lo hubiera dibujado otra persona. Recuerdo que era algo relacionado con el fin del mundo... o con alguna catástrofe, pero vamos lo de siempre en todos los sueños (me he criado viendo pelis de eso, ¡qué iba a soñar si no!)

La verdad es que verlo ahora es como si ni siquiera yo lo hubiera dibujado. Reconozco los personajes y las historias.

Está relacionado, levemente, por un fino hilo, o quizás solo por la psicología de los personajes con el cuento "Seis meses sin sol" con el que quedé segunda en el certamen de mi primer instituto.

Ojalá pudiera entender ahora el dibujo.