sábado, 23 de febrero de 2013

Cumpliendo los propósitos de 2013: Febrero

Perder peso:
Me mantengo igual, o peor, la verdad es que he tenido un mes bastante lioso en este tema. Me he saltado la "dieta" como me ha dado la gana, pero me mantengo igual

PROPÓSITO PARA MARZO: Comer más verde y más verdura. Evitar la bollería y la pasta, salvo Domingos.

Aprobar todo:
AL FINAL APROBÉ TODO, INCUSO FÍSICA :D
Por ahora, parece que todo va bien


PROPÓSITO PARA MARZO: estudiar todos los días, Lunes-Inorgánica, Martes-Estadística, Miércoles-Bioquímica, Jueves-Fisicoquímica, Viernes-Historia

No comprarme ropa:
Sigue igual, cumplí también lo de no comprarme maquillaje.

PROPÓSITO PARA MARZO: No ir a comer por ahí, primero porque a lo tonto se gasta mucho dinero, segundo, porque siempre es comida basura.

Leerme todos los libros estudiados en 2º bachillerato:
He acabado los libros que tenía comenzados, pero no he podido leerme los que me propuse.

PROPÓSITO PARA MARZO: leer algún libro relaccionado con la filosofía del año pasado (probablemente lea El contrato social, de Rousseau)

Leer un libro (como mínimo) cada 2 semanas:
Cumplido, aunque me gustaría leer más. Lo cierto es que la mayoría de lo que estoy leyendo es cosas en inglés y relaccionadas con la carrera.


PROPÓSITO PARA MARZO:sacar un hueco para la fantasía.

Conseguir un trabajo de tiempo libre:
Sigo dando clases de inglés, química, biología y física (todo en inglés. Me estoy empezando a agobiar, pero bueno, por ahora la cosa va bien, pues he conseguido el propuesto del mes pasado, y además me están pagando MUY bien.

PROPÓSITO PARA MARZO: mantener este ritmo sin descuidar mis estudios ni a mis alumnos

Verme, como mínimo, una película a la semana:
Va mejor que el mes pasado, pero me cuesta. Casi siempre acabo viendo chorradas de pelis de fin de semana en Antena 3 o Disney Channel, y sus temáticas son siempre las mismas.

PROPÓSITO PARA MARZO: ver pelis de más peso y trascendencia

No cambiarme el color de pelo:
Sí, tengo la paranoia de que tengo raíces de donde no existen, pero bueno, no me he cambiado el pelo :D

PROPÓSITO PARA MARZO: seguir así

jueves, 21 de febrero de 2013

Temptation

De los sueños de hace dos noches recuerdo muchas cosas: un vuelo que peligra y hace caída libre, pero que en el último momento aterriza en condiciones (nos dimos golpes muy fuertes en la caída libre, íbamos pegados al techo), un camino sobre un lago de lava, en el que vivían chipirones de fuego, sangre y tinta; y 3m de largo, una ofensa, una huida, y algún lío y deshonra por ahí también.

La parte que quiero destacar del sueño, es la que me despertó... por el susto.

Un anciano me enseñaba una figura humana, levemente femenina, con el pelo muy corto, castaño normal. Estaba atada por una cadena a la pared. La cadena se le unía al cuello, donde estaría la nuez (que no tenía porque era figura femenina), juraría que no llevaba ningún tipo de collar.

Estaba desnuda, o quizás llevaba un traje del color de la piel. El caso es que pese a su color carne pálida, no tenía pezones ni vello púbico ni ningún tipo de signo que indicase que era un ser sexuado, salvo la forma, no porque tuviera pecho, sino porque la cintura la tenía levemente curvada con forma de mujer.

Miraba al suelo, y al escucharme llegar alzó la vista. Sus ojos eran pardos. Nunca un color de ojos pardos podría haber llamado tanto la atención. Eran grandes, puros, cristalinos. Ponía ojitos de pena, como si lo estuviese pasando muy mal allí atada, como diciendo "libérame". Los labios estaban perfectamente sellados, eran labios de mujer, tirando para gruesos, pero no gruesos en plan exagerados, como Angelina Jolie, sino que eran simplemente perfectos. Preciosos. Tenía una mueca de pena, de sufrimiento.

Me acercaba a ella y no podía evitar cogerla de la barbilla, para alzarla y mirarla a los profundos ojos. Estaba hipnotizada, eran muy cálidos.

Mientras lo hacía, el anciano decía "it's called Temptation", que en español significa "se llama Tentación", destacando que se refería a ella como algo y no alguien.
 En los pocas milésimas de segundo que dirigía mi mirada al anciano, Tentación se había separado de mí, esbozando una sonrisa con la boca más larga en lo que se refiere a comisuras que he visto nunca, mostrando unos dientes perfectamente triangulares, abalanzándose sobre mi mano (que por cierto, era la derecha) a morderme.

Aparté la mano a tiempo, por los pelos, dejando que Tentación mordiese el aire con fuerza. "Tienes que ser más agresiva" le decía yo, y con la mano que había apartado, volví hacia su cara, más rápida que ella, y la dí con el reverso de la mano, derribándola al suelo.

Desperté por el susto que me había producido la agresividad de Tentación y porque en la vida real le había dado una torta con el reverso de la mano al lateral de mi cama, y me había hecho mucho daño. El corazón me latía a cien por hora (Nota: es una expresión, cien pulsaciones por hora todos sabemos que es muy poco). Todo había pasado demasiado rápido.

sábado, 16 de febrero de 2013

Opaca

-Las personas somos opacas. Absorbemos la luz de lo que somos y el mundo puede ver lo que reflejamos, lo que, ante todo, no somos. Nosotros mismos proyectamos las sombras y demonios que nos persiguen.

Los verdaderos sentimientos no se graban a bolígrafo

Sería más primavera que verano, de 2009 ó 2008, o incluso anterior, diría yo. Podría preguntar a cualquier otra persona de mi familia la fecha exacta, pero no me apetece recordar ni hacerles recordar.
Recuerdo esa sensación de "el Mundo sigue girando". Esa sensación que iría y vendría tantas otras veces a mi vida, como olas de la mar en un bote a la deriva.
Me odiaba mí misma, a mi diario, a mi puño y a mi letra.
Intentaba pensar qué les pasaba a las buenas personas como yo, que siempre les arrancaban la ilusión pero nunca la inocencia ni los remordimientos.
No tenía nadie a quien contar lo que estaba pasando, ni nunca lo he tenido. Alguien me dijo "escribe cartas como si fueran dirigidas e ella, te sentirás mejor". Ella, o más bien, ellas, ya no eran más que la imagen de lo que yo quería que fuesen, espectros del recuerdo, presionados hacia una bondad infinita. Nada que ver con las harpías realidad.
Comencé a escribir cartas. Era más fácil que escribir al diario. Luego comencé a escribir cartas al diario. Al fin y al cabo, todo iba a parar al mismo cajón de supuesto olvido.
Pasaron los meses, y cuando tuve fuerza, abrí las cartas.

Es muy duro leerse en el futuro las estupideces que se hacían en el pasado y pensar "si no es porque yo soy yo, si fuera cualquier otra persona, pensaría que soy estúpida" Con el tiempo te das cuenta de que no eres la única persona que piensa eso de sí misma, y que sólo escribía bajo el efecto de la melancolía, primer y único motor de la inspiración.

Me di cuenta cuando una de las pocas personas a las que podría llamar amiga, una de esas personas que no ves todos los días ni quedas nunca, pero que cuando menos te lo esperas aparece de la nada para sacarte del vaso en el que te ahogas, sin necesidad de pedírselo, lo hace porque está impreso en su naturaleza de ángel de la guarda - mamá.
-No te preocupes, es normal. Sólo escribimos lo que queremos olvidar. Dicen que los problemas escritos quedan sobre el papel y se olvidan más fácilmente. Lo que de verdad sientes no se puede expresar con palabras -dijo, y haciendo honor a su nombre, dio un nuevo amanecer a mi forma de ver el mundo.

En ninguna carta o diario he hablado jamás de mi familia, de mis abuelas, mis abuelos, y de la gente que siempre ha estado ahí, o la gente que echo realmente de menos. Estos últimos 2 años han sido demasiado felices como para rellenar más de 10 páginas, y ahora la saudade ha vuelto, es forma de más de 200 páginas.
Nunca hablo de los momentos más felices de mi vida, los de verdad, porque, de algún modo, siempre he pensado que alguien podría leerlos, y robarme, junto con el secreto, esa felicidad, que sólo yo conozco.
 Mi yo adolescente hubiera representado la tristeza, como la alegría, en poemas, pero esos sí que me dan miedo que los lean.


jueves, 14 de febrero de 2013

El Mundo de los Juguetes

El sueño de hoy trataba de que en el sitio donde trabajábamos, unos cuantos compañeros y yo (no voy a decir nombres, porque sólo recuerdo dos, de los seis que éramos en total, y no son precisamente personas con las que tenga confianza desde hace mucho) había una escalera en espiral.

Nadie bajaba nunca por allí.

Un día, bajaba con una amiga. Nos dejábamos caer al vacío, era la única manera de bajar aquellas infinitas escaleras.

Cuando llegamos al suelo descubrimos dos canicas -más bien boloncios- de un tono entre añil y azul bebé.

Al tocar las canicas se nos abrieron unas puertas que ni siquiera sabíamos que estaban ahí. Y así descubrimos el Mundo de los Juguetes.

Al traspasar el umbral, rejuvenecíamos hasta la niñez. El mundo era como un gran almacén, un infinito almacén de juguetes.

Al principio todo estaba un poco muerto, abandonado, pero con nuestra presencia, y más amigos a los que enseñamos el secreto, el Mundo de los Juguetes tomaba fuerza y alimento de nuestro entusiasmo. Los juguetes iban tomando vida propia.

El Tiempo pasaba de una manera extraña en aquel lugar, y cuando salíamos de allí bien podía haber pasado, retrocedido o haberse quedado estático en nuestro mundo normal.

Empezamos a tener problemas con la adicción por ir al Mundo. Descubrimos que si nos llevábamos las canicas, podríamos entrar en el Mundo cuando y donde quisiéramos.
Aparte, comenzaron los problemas con el Tiempo entre los dos Mundos. Teníamos que sellar las puertas.

La última imagen del sueño era que para sellarlas, la misma amiga que las descubrió junto conmigo, decidíamos tomarnos las canicas para que nadie volviese a utilizarlas. Ella se la tomaba sin dudar, con pena en los ojos. Yo dudaba un poco más. Cuando lo hacía, aparecía un amigo (con el que quiero aclarar que no tengo ningún tipo de relación más allá de la amistad) junto a la puerta sellada, con los brazos cruzados y la pierna derecha doblada y apoyada en la pared, pose de chulo, vamos. Se despegaba de la pared, venía a mí y me besaba y decía "Mañana te recojo a las 8pm... ¿en Atocha o Méndez Álvaro? Nunca he ido a Madrid".

Eso es probablemente lo que menos sentido tiene del sueño, porque primero, vive en Madrid centro, segundo, a mí que me recojan en coche de esos sitios me pilla un poco a tomar por saco.

En el sueño también sucedían cosas relacionadas con los trenes y la uni, pero no recuerdo concretamente qué.

El juguete que mejor recuerdo son los ojos amorosos gigantes, más grandes que yo -aunque eso muy difícil no es- porque les brillaban sus ojazos de una manera muy siniestra.




lunes, 11 de febrero de 2013

Ayuno y abstinencia

Cuando era pequeña, solía utilizar la excusa de que era tiempo de cuaresma para no comer carne, pues quería ser vegetariana (y de hecho lo fui durante una temporada, y no me afectó nada bien), y a veces renunciaba a comer como una persona normal, para probar a ver si adelgazaba.
Por supuesto, a mis padres, ese cuento no colaba.

Con el tiempo y la madurez que lo acompaña, me di cuenta de que el ayuno y la abstinencia no iban enfocados a adelgazar. El no comer carne los viernes permanece sólo como tradición, y de hecho, la mayoría de la gente se lo salta. El ayuno no va enfocado al hambre del cuerpo, sino a la satisfacción del alma.

Semana Santa es mi vacación del año favorita, y la fiesta más importante para los cristianos. Sinceramente, odio las celebraciones del tipo procesiones, y la mayoría de tradiciones del estilo, y que gente que no lleva una vida religiosa de repente se desviva en hipocresía con estas tradiciones, o aquellos que participan en esto y luego en su día a día son tan malos que si se muerden se envenenan.

Pero si hay algo que mantengo y respeto de la Cuaresma, es la abstinencia.

En un mundo lleno de placeres es complicado ser objetiva, y en el eterno placer nunca es complicado ser altruista, pues sólo me enfoco en mi propio ego y gozo.

Sinceramente, estos últimos tiempos no he llevado una vida muy cristiana. Los últimos meses se han enfocado en el eslogan de "sex, drugs and rock&roll", en cierto modo. Nadie, por supuesto, habrá notado nada de esto. Al fin y al cabo, últimamente soy todo fachada. Actúo como esperan que actúe, y pocas veces digo lo que pienso, y no soy ni lo que hago, ni lo que digo, ni lo que pienso; soy la criatura del azar abandonada a los placeres del ego-ísmo.
Nadie sabe lo que me está pasando por la cabeza -no  he hablado con nadie de ello, no por el pudor de contarlo, sino por el Caos al intentar expresarlo con un lenguaje coherente.

La Cuaresma pasada me propuse una sola cosa, una cosa bastante simple, y cuando llegó la hora de la verdad, me la salté por el forro como me dio la gana.

Me propondría esa misma cosa de nuevo, pero la oportunidad de llevarla a cabo me fue arrebatada, o más bien, renuncié en cierto modo, hace unos meses, o unas semanas, depende del ojo que lo juzgue; así que sería trampa proponer lo mismo de nuevo, pues sé que no voy a cumplirlo.

Aquí va una lista con los 10 objetivos de ayuno y abstinencia de esta Cuaresma 2013:

1-No me conectaré a las redes sociales más de 1 vez al día, salvo que sea por casos urgentísimos. Dedicaré el tiempo sobrante a pasarlo con mi familia o estudios.

2-No insultaré, ni utilizaré lenguaje de superioridad, ni tonos bordes; contra nadie, ya sea de mi familia o de la universidad. En especial tengo que ser más buena con Lara y Marina.

3-Trataré de rezar, mínimo, todas las noches, con el combo padrenuestro-avemaría-gloria. Últimamente había dejado de hacerlo porque estaba "enfadada" con el Papi (sí, qué pasa, de pequeña cogí la tradición de llamarle Papi en vez de Padre o Señor cuando rezaba, y así se ha quedado, por cursi que suene), porque no comprendía lo que estaba pasando y sentía que todo era parte de una broma sarcástica. Y mi alma se ha estado envenenando. Y no quiero seguir de esta manera, sumida en la mierda.

4- No tendré ningún tipo de pensamiento ni acto "impuro", ni me liaré con nadie (oh, qué difícil es eso ahora -modo sarcasmo-soltera: ON ) ni iré de caza, ni buscaré ningún tipo de placer físico en nadie. Si surge el amor, que me parece bien raro, entonces deberé esperar hasta el fin de la Cuaresma para empezar cualquier relación. Sí, lo sé, esto parece la peli de Cuarenta días y cuarenta noches, pero no, amigos, no me he copiado. Es simplemente que últimamente peligraba de convertirme en un pendón verbenero, y eso, ni está bien, ni forma parte de mi personalidad.

5- Dinero- enfocaré parte de mis ahorros a algún proyecto caritativo. Soy muy tacaña, aunque diga finamente "austera", y este, probablemente, será el objetivo que más me cueste.

6- No utilizaré la Cuaresma como excusa para llevar a cabo tendencias anoréxicas-bulímicas.

7-Tiempo- será enfocado en su mayoría de fines de semana al acto de obras caritativas.

8- No dejaré que con la excusa de "tengo que estudiar" se eclipsen mis deberes como persona, en especial, enfocado a los objetivos de la familia.

9- [todavía no lo he pensado, se aceptan sugerencias]

10- [todavía no lo he pensado, se aceptan sugerencias]


Este miércoles es Miércoles de Ceniza, a partir de entonces, tengo que cumplir todo esto durante 40 días. El objetivo es el sacrificio, que nunca jamás es en vano; y el reencuentro con una misma y con Dios. Ya basta de ir a la deriva.

A muchos os chocará esta frase, pero las cosas son así: Estoy harta del placer. No quiero todo lo que deseo. Quiero retos y esfuerzo. 

Ale, paz, amigos.



Os dejo con una de mis citas bíblicas favoritas, Mateo 6, 25-34:

Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? 26 Mirad las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas? 27 Por lo demás, ¿quién de vosotros puede, por más que se preocupe, añadir un solo codo a la medida de su vida? 28 Y del vestido, ¿por qué preocuparos? Observad los lirios del campo, cómo crecen; no se fatigan, ni hilan. 29 Pero yo os digo que ni Salomón, en toda su gloria, se vistió como uno de ellos. 30 Pues si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, Dios así la viste, ¿no lo hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe? 31 No andéis, pues, preocupados diciendo: ¿Qué vamos a comer?, ¿qué vamos a beber?, ¿con qué vamos a vestirnos? 32 Que por todas esas cosas se afanan los gentiles; pues ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso.
   33 Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura.
   34 Así que no os preocupéis del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día tiene bastante con su propio mal.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Dos pieles

Estábamos en una ciudad, no sé si en Francia o Bélgica. Era parte de un viaje que hacía con Bety y otras dos personas más. No estoy muy segura de quienes eran las otras dos personas, quizás una de ellas era Irene, pero no sé, no sé. Juraría que había chicos en el grupo.

Pedía ayuda a un viejo amigo, que vive en París, para que nos ayudase a encontrar alojamiento en la ciudad en la que estábamos. Tras largo hablar y discutir en inglés, al final dijo unas frases, muy enfadado, y luego, aliviando tensión, en inglés. Le expliqué, muy enfadada, que no me hablara en francés que no podía entenderle. Entonces me cogía de los mofletes y decía "Oké, you can stay"

El único problema que había es que no tenía suficientes sofás y camas para todos, así que tuvo que dormir 1 en el sofá, 2 en una cama de la sala de invitados y yo con él en la cama. Él era gay, y la cama grande, así que no sucedía nada de nada.

Por la noche, noté que dormía en una posición muy rara y se revolvía en sueños. Yo no dormía nada.

Por la mañana, le pedí que me lo explicara. Entonces se quitó la camiseta y me enseñó la espalda.
La mitad de su cuerpo era una gran quemadura, lleno de ampollas, o quizás más bien como un gran papiloma. Era bastante asqueroso.

Alguien del grupo era estudiante de medicina o enfermería, pero en cuanto fue a examinarle salió corriendo al baño a vomitar.
Bety y yo nos quedamos examinando su piel.

Me sentí muy apiadada de él, porque al fin y al cabo, esta parte del sueño es sólo un recuerdo de cuando me echaron nitrógeno líquido en toda la espalda, de pequeña, porque tenía una piel un tanto peculiar.

Le aplicamos unos mejunjes  para evitar el tener que quemarle con nitrógeno líquido.

Todo esto mientras estaba bocabajo, y cuando se dio la vuelta, había cambiado de aspecto, era otra persona, que no voy a mencionar aquí. Más bien era ambas personas a la vez. En esencia, tenía una personalidad y aspecto doble, al igual que su piel.

Ahora hablaba español. Me colocó la mano izquierda en mi mejilla derecha y dando un leve golpe dijo "Él hubiera estado muy orgulloso de ti". El nombre que he omitido, era el de aquella persona que él tenía aspecto y esencia. Al decir esas palabras, era como si la mitad de esa persona se hubiera desprendido del ser real y ahora teníamos un amigo con una mezcla de personalidades en potencia de crear un nuevo homúculo de nueva personalidad.


Pasaron unos días, se recuperó, y su piel, como su aspecto y su personalidad ahora eran una mezcla homogénea de otras personas. Era una nueva persona nacida de los recuerdos de varios.

Lo llevamos a una feria de artilugios, como un mercadillos medieval, al lado de un estanque.

Allí nos encontramos con Alba y otros tantos. También recuerdo a Dani. Cuando vieron al homúnculo, a cada uno le recordaba a una persona diferente, para bien o para mal, esto era porque era la mezcla de personas diferentes y cada uno lo asemejaba a la persona que más conocía.

Él iba unido a mí por una cadena fina pero muy resistente y  brillante, su mano derecha unía con una diferencia de 3 metros, como mínimo, a mi mano izquierda. No íbamos juntos, nadie notaba la cadena, salvo nosotros.

Yo iba probando todo lo que era gratis, y acabé algo borracha a base de tomarme chupitos de bebidas transparentes o blancas que brillaban en la oscuridad y que ofrecían señoritas disfrazadas de hadas.
Al final de la tarde, a parte estar de borracha y de una sinceridad poco habitual en mí, me habían crecido alas y orejas puntiagudas.

Recuerdo que había un momento del sueño en el que me encontraba con mi ex-novio y sus amigos, como si fuera exactamente igual que en las fiestas de Móstoles cuando tomé absenta, sólo que en esta vez, no les dirigía más que un cordial saludo y me iba rápido para otro lado, guardando difícilmente el equilibrio.

Mientras tanto, Alba intentaba zorrear con mi amigo, el que estaba unido a mí por la cadena ahora a más de 100 metros de distancia, como mínimo. Mientras llevase la cadena, yo podía ver lo que él hacía e igualmente podía él ver lo que yo hacía. "Alba, siempre tonteando con chicos, tenga novio o no" pensé, y ese pensamiento no es nada más lejos de la realidad. Bety y el resto, mientras tanto, estaban en un puestecilo medieval probando videojuegos.

Me encontraba muy mal y me abrí paso entre juncos, para vomitar en el estanque. Mi amigo vino y me sujetó la cabeza mientras vomitaba. Ahora tenía un aspecto casi igual al inicial, pero parecía más mayor, más maduro, o más viejo de golpe. Ahora tenía los ojos azules casi grises, ojos tristes. Me hablaba en francés. "Tu amiga alba es una pesada", me decía, entre otras cosas, y me contaba lo que había estado haciendo mientras no había estado conmigo, aunque sabía que yo ya lo sabía.

Mis vómitos eran de un color fosforito y fluorescente, precioso, a juego con las libélulas del estanque.

Sobre el cuello de su camiseta se veía piel quemada. Me disculpaba a él por mi comportamiento y por no haberle curado bien.

Entonces él miraba para otro lado y al girar la cabeza había cambiado otra vez de aspecto. "No importa, yo habría estado orgulloso".

Me quedé en estado de shock.

El resto del sueño pasaba rápido. Una explosión en el cielo, una lluvia de meteoros, un virus mortal (que era lo que él tenía en la piel). Apocalipsis total. Una cámara de cuarentena llena de niños y adolescentes, con 2 señores adultos que morían antes de salir de ella. Un reempezar el mundo de cero, trabajar mucho en el campo para conseguir comida, y con gusanos, para conseguir tela. Esta parte del sueño era menos interesante, ya que he tenido varios sueños similares.


domingo, 3 de febrero de 2013

Se llamaba Alec...

Las ruinas del monasterio de la ciudad inundada siglos atrás ahora se usaban como refugio y escuela, para aquellos que se marchaban de sus tierras, más bien huían, sin importarles el destino, lo único que importaba era que aquello que dejásemos atrás, atrás quedase.

Yo estaba allí como profesora, o algo parecido, tenía que enseñar a los refugiados cosas sobre la agricultura, inglés y español.

Lo único que nos diferenciaba del resto era que los mentores teníamos un cuarto en buhardilla, propio. Éramos los únicos que dormíamos solos, los únicos con el privilegio de la intimidad.

Pero yo no quería dormir sola, y me pasaba las noches enteras apoyada en un muro empedrado que nunca iban a reconstruir, mirando al bosque, que se mezclaba con la infinidad del mar.

No dormía, ya no necesitaba dormir.

El trabajo de la mañana y las clases eran duras, por lo que mucha gente hacía como que dormía, pero lo cierto es que algunos, como yo, aguantaban la noche en vela, vigilando, esperando. Sin apartar la mirada del bosque.

A veces jugábamos a las cartas o al dominó entre tanto. La gente hablaba diferentes idiomas, pero aún así siempre nos las apañábamos para comunicarnos.

Poco a poco las cartas perdieron interés en mí y yo en ellas. Había un chico, un alumno, que hablaba un inglés con un acento muy curioso, como si se le intercalasen un millón de k en la nuez mientras se comunicaba. Él vigilaba el bosque conmigo. Nunca me dijo su nombre, ni él supo el mío.

Pasaron los días.

Aquí viene la parte del sueño en la que aparecen personas que conozco y sucesos reales que creo que es mejor no mencionar, por respeto a mi intimidad.

Supongamos que cierto día apareció cierta persona de mi pasado (bueno, en el sueño era mi pasado, ahora es mi presente) y revivió todo lo que yo había tratado de olvidar durante el tiempo de estancia en el monasterio en ruinas. Me recordó quién era y a quién pertenecía.

Al principio no me molestó, pero las cosas se fueron torciendo, el sueño de repente se volvió un culebrón de novela, con asesinatos y de todo. Cada vez que algo malo sucedía, la Ciudad envejecía 100 años de golpe, y no podríamos permanecer mucho tiempo allí. El mar amenazaba con arroyar el bosque y volver a inundarnos.

Al final, para salvarme a mí, todos culparon a aquél chico que había hecho vigilia conmigo y protegido la ciudad.

La escena final del sueño era en la que aquella persona de mi pasado me cogía por los hombros y me decía "tienes que volver". Yo veía más allá de sus ojos, estaba enfocada en mis pensamientos sobre aquél chico, estaba viendo todo a través de sus ojos.

-Se llamaba Alec... -fue todo lo que respondí a la mirada obligatoria del viejo "amigo". Y a la vez me preguntaba a mí misma cómo sabía su nombre, si él nunca me lo dijo.

Y lo más importante, ¿cómo un personaje onírico posee un nombre y cómo lo recuerdo? Normalmente, en mis sueños, salvo personajes ya creados o personas que existen en la realidad, nadie tiene nombre, y si alguna vez lo tienen, yo nunca lo he recordado al despertarme.

¿Por qué esta vez sí?

sábado, 2 de febrero de 2013

Anguilas y serpientes, carnaval

Si algo recuerdo vagamente, es dos niñas odiosas que se portaban fatal acercándose al estanque.
El estanque, que creía por momentos, las iba a engullir. La tierra que rodeaba al lago era transparente, porque sólo se veía al agua y la vegetación y algunos peces expandirse en medio de la nada.

Grité a las niñas que se alejasen.

Alguien, no recuerdo quién, venía corriendo y gritando "peligro" mientras espantaba unas serpientes o anguilas, o ambas cosas a la vez.

La serpiente la pillamos, las anguilas se metieron al agua.

Volví a chillar a las niñas que se alejasen del lago, con más desesperación que antes. En esto, se asomó un pez morena (los odio con toda mi alma, me parecen lo más desagradable que existe, junto con las orugas).

A las niñas les pareció divertido meterse en el lago a  pillar la morena. Una de ellas, muy rubia con los ojos muy oscuros, me miró antes de chapotear la orilla, con una mirada que decía "mira, mira el caso que te hago". Era una niña de esas malas por naturaleza.

Mientras jugabas a atrapar la morena, las anguilas se enrollaron en sus pies y tiraron de ellas lago adentro.

Supongo que las ahogarían. Yo sonreí en plan "os lo advertí".

El resto que recuerdo del sueño es un gran carnaval, en un pueblo en ruinas, donde había un restaurante en el que todo parecía carne pero todo sabía a tarta de la que comimos en el cumpleaños de Bety (normalmente no me agradan las tartas, pero esa tarta en concreto, y las que cocinaba mi antigua cuidadora, llamada Julia, que más que tartas son bizcochos, me e-n-c-a-n-t-a-n)

Probablemente Bety estaba en el sueño, no lo sé. Sé que estaban Marina, Jorge, y  5 personas más. Normalmente íbamos Marina, una chica más y yo. Luego nos reunimos con el resto para tomar costillas de ciervo sabor-textura bizcocho con todos.

También hubo fuegos artificiales que salían desde detrás de la ladera de una montaña que había cerca. Yo subí con Jorge y otra chica a lo más alto del pueblo para ver los fuegos artificiales mejor.

Sé que los fuegos dibujaban algo en concreto, de hecho eran fuegos que se movían y realizaban escenas enteras, pero no recuerdo sobre qué trataban. Uno eran costillas de cordero dulces. Sé que el resto de escenas eran de mayor trascendencia, pero de eso no recuerdo nada.

Creo que el resto de fuegos artificiales representaban una escena de mis recuerdos.

Las voces de Irene y Cristina, que antes no estaban con nosotros, nos llamaron. No las vimos, pero supimos que teníamos que volver al pueblo y acabar el banquete.

Cada uno teníamos un color identificativo, parecíamos un semáforo descendiendo la colina: la chica de rojo, Jorge de verde y yo de amarillo; y por supuesto, todo a juego con su correspondiente máscara y/o antifaz.

Tornados

Jugábamos en un descampado, al lado del aeropuerto, mientras observábamos cómo los pájaros metálicos alzaban el vuelo a cámara lenta y cada vez aceleraban más y más, hasta que los perdíamos de vista entre las nubes. Todo entre estruendos que, en vida real, hubieran atormentado nuestros tímpanos, pero ahora el ruido del avión hacía un efecto sedante sobre mí.
Mientras Irene y Lidia hacían castillos de arena, yo seguí observando los aviones.

Justo en el momento en que uno llegaba a la mitad de la pista y se alzaba en vuelo vertical, Lidia giró la cabeza para verlo. Irene seguía de espaldas.

Lidia y yo admiramos como el avión había hecho un ángulo recto perfecto, y ascendía hasta desaparecer en el cielo gris. Irene seguí de espaldas, ni lo vio, ni le importó no verlo.

Cuando hubo desaparecido el avión y cesado el estruendo, Lidia le contó a Irene lo que se había perdido. Daba igual, ella seguía de espaldas, no le importaba.

Entonces había una luz en el cielo de nubes grises, como si el avión hubiera estallado contra el sol azul. Y un tornado cayó del cielo.

Nosotras, boquiabiertas, no podíamos dejar de mirar y admirar la columna de aire gris y azul, que avanzaba hacia nosotras peligrosamente.

Lidia nos despertó del estado de shock cuando nos dijo "bueno, creo que, mejor corremos, ¿no?", todo con la tranquilidad, la ironía y risa que la caracteriza.

Cuando quisimos correr, ya estábamos dentro del tornado, que con manos de aire en hilos, nos cogía, lanzaba, y dejaba. No nos hizo daño, pero cada vez que intentábamos salir de él, otra mano de hilos de aire nos cogía y nos ponía en la dirección contraria a la que queríamos ir.

Con mucho esfuerzo y distrayendo las manos de aire, conseguí salir del tornado y correr hacia un muro que bloqueaba el aire de entrar en las casas. Lidia e Irene fueron al otro lado del muro. El Tornado parecía buscarnos, pero no conseguía vernos.


Ahora teníamos que juntarnos, era yo quien tenía que pasar a través del tornado, sin que me percibiera, para reunirme con ellas al otro lado del muro.

Unos personajes de cómic, que no voy a nombrar porque me da vergüenza, nos ayudaron a reunirnos. Básicamente lo que hicieron fue ayudar a cruzar a través del tornado a una velocidad mayor que la del aire.

Al final, el tornado se deshizo, tenía la piel cortada y habíamos sido lanzadas contra el suelo y el muro muchas veces, pero no había dolor, sólo una persistente risa floja.