martes, 17 de mayo de 2011

Mi ventana al mundo.

Desde mi ventana puedo ver como es el mundo. Mi cuarto es oscuro, mi ventana tiene una luz hipnotizante, que dice ven a mí con sus colores aditivos y adictivos.
Ella me enseña muchas cosas, yo aprendo mediante la observación. Aprendo a hablar desordenadamente y sin respeto a mis compañeros, como cualquier "reportera" de una salsa. Aprendo a mentir, como un político. Aprendo que la felicidad está en las drogas, el sexo y poco más, y es perecedera, como en cualquier película española. Aprendo que da igual con quién me acueste, mientras sea con condón no estará mal, ni siquiera con el novio de mi mejor amiga. Aprendo que la única manera de ser feliz es el dinero... la fama, la gloria. Cuando los tienes a ellos, lo tienes todo. No hay nada más.
Ella también me explica lo que está bien y lo que está mal. Me dice que la ropa moda verano de esta temporada será así o asá, y eso está bien. Me dice que matar a un terrorista está bien. Me dice que haga todo cuando pueda y esté en mi mano por lograr mis sueños, sin importar a quién me lleve por delante. También me dice que está mal la religión, las diferencias y la libertad de expresión. Me dice muchas cosas, nunca se calla.
Aprendo a no pensar. Aprendo a ser de ellos. Aprendo a ser como los demás.
Ahora soy tan solo uno más.

lunes, 16 de mayo de 2011

Deber y ser.

Ideas. La política se creó con la idea de establecer leyes iguales para toda una humanidad. La idea de los médicos era tener la misión de salvar, prolongar o cuidar otras vidas. Los profesores enseñaban a los alumnos porque debían pensar que una buena educación llevaba a buenos ciudadanos, los alumnos estudiaban porque de ello dependería su futuro. Y etcétera.

Vivimos en un mundo de ideas, lo que es no es lo que debe. Deberíamos ser así, pero no lo somos.

Somos dinero, morbo y vanidad. Somos lo perecedero, y debemos perecer.

Vivimos en un mundo donde los políticos solo piensan en su reputación antes que en el estado del pueblo, donde los médicos se dedican a matar incluso a los no nacidos, donde se enseña lo que no se conoce y donde se aprende lo que nunca debimos saber.
Las pesadillas de Bradbury acabarán siendo reales y los bomberos quemarán, la libertad estará resumida su supuesta libertad, su supuesta eternidad finita, su supuesta felicidad.

Un mundo de ideas sobre nosotros, una utopía. Lo que debería, pero no es.

Vivimos en un mundo perfecto para los soñadores, perfecto para la esperanza...

Una gota de agua en el desierto, pero pronto lloverá.