jueves, 28 de junio de 2012

¿Sentimientos? No, prioridades.

Esta noche he soñado una vida entera. Era un ser inmaterial, me recordaba a un ángel o cualquier cosa del estilo que es "esencia pura"

Había más como yo. Flotábamos por el espacio, a veces alrededor de la Tierra (de hecho a mí me daba hasta vértigo mirarla) esperando a que un cuerpo fuera abandonado y en ese momento habitarlo.

No es que aquéllos seres que éramos no pudieran tener sentimientos, que los tenían... lo que pasa es que no podían manifestarlos.
 Teníamos una especie de bono que valía por X sentimientos, una vez que se agotaba no podíamos manifestar más sentimientos, y por lo tanto teníamos que abandonar el cuerpo.

Recuerdo que este sueño ha sido como si fueran cientos y cientos de años, generaciones y generaciones de vidas. 

Pero cada vez que moría, volvía a vagar por el espacio, flotando, y apenas recordaba la vida que acababa de vivir, buscando sin prisa un nuevo planeta y un nuevo cuerpo que habitar.

Recuerdo observar a los que en teoría fueron mis hijos, o al menos los hijos de mi cuerpo, en mi propio funeral, y preguntarme a mí mismo (o misma, yo que sé que era) sobre porqué lloraban.
Recuerdo discursar con una compañera de esencia pura, como yo, sobre ello, sobre qué eran los sentimientos, al fin y al cabo, cuando los mirabas de manera abstraída no eran más que prioridades según la especie.
No sé, recuerdo sentir cosas por dentro, preguntarme qué eran esas cosas y, ya que sin cuerpo no podía manifestarlas, no podía comprenderlas, hasta que volvía a habitar otro cuerpo. Recuerdo, además, ser muy permeable a sentimientos ajenos.

No sé, en fin, supongo que el sueño se ha resumido en un debate conmigo misma sobre qué es un sentimiento.

martes, 26 de junio de 2012

Pesadillas de mi infancia V: la Ciudad inundada

Solía soñar que jugábamos al escondite en una ciudad levemente por debajo del nivel del mar, pero en la cuál había unos montes que evitaban que se inundase. Toda la gente partícipe en el juego era menor de edad, todos niños o adolescentes. Nunca vi un adulto por la Ciudad.

Corríamos por la Ciudad Abandonada, que estaba constituía mayormente por dinteles y soportales, realmente no existían casas, aunque sí había algunas escaleras que no llevaban a ninguna parte.
No sé si la ciudad estaría en ruinas o es que sólo era el esqueleto de los edificios. El lugar tenía toda la pinta de haber sido habitado y que aquello que quedaba fueran ruinas, pero todo era demasiado blanco y resplandeciente.

Todo era muy blanco... y el cielo y el mar se fusionaban en un azul celeste puro. Y también había mucha arena, arena muy, muy fina, que parecía azúcar.

Siempre hacía mucho viento, y corríamos por las infraestructuras sin sentido para llegar a lugares sin correspondencia lógica con sus caminos (al subir escaleras estábamos abajo, al girar a la derecha estábamos a la izquierda, o lo que fuera)

Y la arena se movía con nosotros. La Ciudad cambiaba su forma con nuestros pasos.

Entonces sucedía algo extraño. Se acumulaban nubes sobre nosotros , de manera circular, como si fueran a formar un torbellino en cualquier momento, o como el ojo de un huracán.

Y era en ese momento cuando me percataba de que estaba sola. Miraba a los montes, y allí estaban todos.

Caminaba por la arena, y me cansaba mucho, el viaje parecía interminable. La Ciudad había desaparecido, ahora sólo quedaban unos dinteles que rodeaban el lugar donde la Ciudad había estado.

El mar, al igual que el cielo, oscurecían hacia un azul marino.
Todos estaban mirando fijamente al mar, de frente a él, a la vez que cada uno se agarraba con los brazos hacia atrás a los pilares de los dinteles. Había una persona por pilar.

Así que yo hacía lo mismo. Formábamos un círculo impenetrable.

Recuerdo quién estaba a mi derecha, una chica llamada Alicia, con la que nunca he tenido mucha relación y hace varios años que no veo. Ella es unos 3 años mayor que yo.
No recuerdo quién estaba a mi izquierda, pero creo que era un hombre y de mi familia, mi primo o uno de mis hermanos, quién sabe.

El mar se elevaba, una ola de unos 40m. Alicia miraba desafiante al mar, otros teníamos miedo. Alguien decía algo en un idioma extraño, pero que todos entendíamos, significaba algo así como "no tengáis miedo, resistid"

Y definitivamente la ola rompía a pocos metros de nosotros, y nos empapábamos de una manera casi dolorosa. Nadie se soltaba. Tragábamos agua...y estaba dulce.

De la ruptura de esas olas salían también humanoides hechos de agua. Caminaban sobre el aire, intentaban entrar en la Ciudad, pero la presencia de los niños en los dinteles lo evitaba que penetrasen.

Entonces esos seres de agua intentaban convencernos de que abandonásemos los dinteles, nos metían miedo o nos intentaban convencer de ir con ellos. Nosotros nos negábamos. Y ahí era cuando recurrían a su estrategia más dura: nos hacían envejecer.

Recuerdo mirar a mis lados y ver como cada minuto se convertía en un año. Yo crecí progresivamente.

Cada niño seguía guardando un pilar, cada dos niños protegían un portal. Cada niño tenía un humanoide que se le encaraba. Los niños más mayores ya habían dejado de ser niños, mientras que el resto éramos adolescentes.

Cuando alcancé suficiente altura, sin dejar de mirar a mi humanoide, que estaba muy cerca, y era quien me hacía envejecer, me acerqué todavía más a él. Él sonrió, y yo aproveché su descuido y me lo bebí.

Había vencido. Volvía a ser niña. Quería gritar al resto para que hicieran lo mismo, pero muchos niños tuvieron miedo al ver como envejecían y corrieron dentro de la ciudad, abandonando el pilar que les correspondía.

Y entonces sentí cómo penetraba una gran cantidad de agua en la ciudad, golpeándome en la cara.


Y siempre era ahí cuando despertaba, con la cara dolorida y me daba cuenta de que toda humedad sentida en el sueño era proporcional a mi cantidad de sudor en la realidad.

lunes, 25 de junio de 2012

Y, finalmente con las notas de Selectividad...

Pues nada, que ha ido todo de lujo, al fin y al cabo, he sacado mucho más de lo que necesitaba, y las que peor me habían salido luego no estaban tan mal (cosa de 6 ó 7, not bad at all)

Así que después de todo, estoy muy contenta.

Ahora agobiada, porque me voy a de interrail y... ¡¡¡ hay mucho que preparar!!!

Y a los que me digan cosas como "Qué bien vives",  "qué mimada estás" o "qué morro que tienes" porque viajo mucho... que os den, porque he trabajado duro para ello, y también he tenido que apretarme bastante el cinturón con los gastos para conseguir todo el dinero...

A quien le plazca, podrá seguir nuestros pasos en el blog de Frikis por el Mundo, blog del cual no voy a escribir solo yo, por supuesto, intentaremos turnarnos y escribir 1 día cada uno, pero veo dificultades en subirlo conforme a las fechas en que lo escribimos... Se hará lo que se pueda.

Yo quería ir poniendo nuestros pasos por aquí, pero como soy la única que no lleva materiales en plan IPad,   PC portátil, y esas cosas que no comprendo... me da que me va a ser un poco complicado. O a lo mejor copio y pego lo del otro blog, quién sabe.

Ale, un abrazo, y paz.


lunes, 18 de junio de 2012

Aurora Borealis

Comienza a ser una obsesión.
Durante el bachillerato, algo que hacía que me desestresase sin sentir que perdía el tiempo era mirar fotos del cielo y de la aurora boreal.

Hoy, entre otras muchas cosas no de mucho interés( relacionadas con el sueño de ayer, que tampoco tiene mucho interés para nadie excepto a mí, eran recuerdos alargados), he soñado que pasaba algo raro en el cielo.

Estaba en un cuarto que era como todo metálico, parecía una cámara de un hospital o una central. Había una ventana ovalada en el techo. Yo y algunos más observábamos en cielo. teníamos trajes especiales, parecían un cruce entre traje de surfnieve, astronauta y central nuclear. Sé que el traje era para aislar térmicamente, servía tanto para el calor como para el frío.

Mirábamos el óvalo en el techo, con unos bolis y cuadernos de notas en las manos. Esperábamos a que el sol descendiera y surgieran las estrellas, y quizás, algo más.

Entonces, el cielo se iba apagando progresivamente, y a su vez aparecían estrellitas progresivamente. La Vía Láctea.

Mis compañeros salían de la pequeña sala una vez ya pasado un rato, en el que no habíamos visto más que una veintena de estrellas fugaces y estrellas y estrellas normales. Yo me quedaba y aprovechaba el espacio, ya que se habían ido, para tumbarme bajo la ventana ovalada.

Nada fuera de lo común pasaba durante un rato.

Luego comenzaba un destello, como un latigazo en el cielo, verde-azulado. Me incorporaba un poco, pensando si era mi imaginación o era real.

Nada fuera de lo común sucedía durante un rato más.

Me volvía a tumbar, miraba a un lado y veía que lo que antes eran estanterías de metal ahora eran camas de metal y almohadas de hospital, con colchones hinchables. Una me pertenecía, las otras eran de otras tres chicas, entre ellas, sé que una era el puesto de mi hermana.

Por el rabillo del ojo percibía un destello verdoso.

Me giraba. Aquello era impresionante.

Sobre mí, el óvalo se ensanchó levemente, permitiéndome ver la aurora boreal desde abajo.

En ese momento noté que algo iba mal, pensé "no estamos tan al Norte como para esto, ni tampoco tan al Sur".

Entonces, hipnotizada por ese polvo, vi que los destellos dibujaban algo más, y vi el rostro de una mujer. ¿Quién era? No sé. Parecía del estilo de un cuadro de los que Dalí hizo de Gala.

La imagen no duraba mucho, yo parpadeaba y ya había desaparecido. No estaba muy segura de lo que sucedía.

Luego volvió a aparecer, la misma mujer, en diferentes posturas. Me recordó a una sirena.

Luego un destello verde-azulado golpeó la ventana del óvalo, y supe que algo no iba bien.

Salí corriendo de la habitación para avisar a los demás... pero cuando volví con ellos, la Aurora había expirado. Nadie me creyó y todos se rieron de mí. Entonces nada más darse ellos la vuelta para salir, la Aurora volvió y ellos vieron los reflejos verdes, azules, violetas y rosas en centelleando en toda la sala metálica.

Vi expresiones de miedo en su mirada y alguien dijo "si no hemos subido tan al Norte" y otro "¿Creéis que el Sol...? No, ¿no?".

La temperatura subía vertiginosamente, lo notaba en la cara, por lo que me cubría la cabeza con un casco que era parte del  traje. Ahora sí parecíamos astronautas. Sólo uno se quedaba conmigo para anotar si sucedía algo.

La aurora no sólo era verde, azul, violeta y rosa ahora, no, se había convertido en un verdadero arcoiris, en toda la gama del espectro.Entonces oía a mi compañero decir algo así como "No puede ser... ¿plasma?". Un arcoiris de plasma descoordinado, y estábamos como dentro de una bola de plasma. Y la temperatura no dejaba de subir.

Entonces estaba sola, en medio de una nada, llena de estrellas. El óvalo seguía sobre mí, era como un portal lleno de sinapsis.

Y al fin sentía una presencia detrás mía. Notaba un calor extremo, y como mi ropa se descomponía. Y "Eso" susurraba.

-...como el Centinela aguarda a la Aurora. -Creo que , aunque no lo vi, era la mujer-aurora de antes.


Y desperté, justo para ver amanecer. Me asomé a las verjas de mi ventana, y vi como el sol salía lentamente, sobre un cielo azul celeste y unas nubes cirrus totalmente naranjas, en gran contraste sobre el azul celeste del cielo.


Me gustan los salmos, son más bonitos que cualquier poema posterior, en mi opinión. Para aquél que no lo sepa, esa frase  del centinela y la aurora es del Salmo 129:


"Desde lo hondo a ti grito, Señor;

Señor, escucha mi voz;

estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto.

Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
Mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.

Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora; 
porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos."


viernes, 15 de junio de 2012

Yo también tengo momentos de bajón, a veces.

Hoy he tenido otro de esos sueños lúcidos que me gustaría que no pasasen pero vaya, sé que es un sueño, me controlo, y lo uso para desahogarme del mundo.

Simplemente llevo unos días de altibajos, enfadada con el mundo, con todo, así en general.

Bueno, estoy bastante cabreada con el mundo en general. Tampoco se lo puedo contar a nadie como para desahogarme, porque parte de las personas que me son más cercanas son parte del por qué de mi enfado, y las otras personas cercanas que no me cabrean están demasiado ocupadas o demasiado lejos.

Supongo que es una racha violenta-depresiva, típica en mí a finales de verano. Lo que no sé es qué hace esa sensación ahora.

Simplemente he soñado que hacía todas esas cosas que mi conciencia dice que están mal.
Al principio del sueño no quería hacerlas, porque estaban moralmente mal, pero luego pensaba "¿Qué más da? Nadie va a saberlo". Y efectivamente, nadie va a saberlo, por eso no voy a escribirlas aquí.

Y simplemente hacía un montón de cosas que una parte de mí lleva mucho tiempo queriendo hacer, pensando que nadie va nunca a saberlo y a nadie le va a hacer daño... excepto, quizás, a mí misma.

Y esta es una de esas cosas que me hace replantearme si alguna vez no distingo entre vigilia, sueño y realidad... ¿seguiré teniendo un sentido moral o perderé todo esbozo de empatía?

martes, 12 de junio de 2012

Pesadillas de mi Infancia IV: el reflejo

Recuerdo que era la víspera de mi primer expomanga. Estaba bastante nerviosa, como si fuera la víspera del día de Reyes o algo así.
Tendría unos 11 años. Había comprado unas orejitas y cola de gato para disfrazarme.

En mi cuarto no hay espejos. ¿Por qué? Pues porque básicamente no hay sitio donde poner un espejo, las paredes están sobresaturadas de estanterías con libros, discos y peluches. Además, siempre que veo mi reflejo en la oscuridad creo que es que hay alguien en el cuarto y me asusto siempre.
Por ello, cuando es de noche, uso la ventana como espejo, porque puedo ver mi reflejo cuando hay luz en el cuarto y fuera está oscuro (obviamente mi persiana es totalmente opaca), pero en cuando apago la luz, no puede haber reflejo alguno.

Bueno, el caso es que soñé que estaba yo probándome las orejitas frente a la ventana, cuando de repente me doy cuenta de que mi reflejo no me refleja, sino que me imita, pero en vez de hacerlo de forma especular (yo muevo la derecha, el reflejo mueve la izquierda) lo hacía equivalente (yo muevo la derecha, el reflejo mueve la derecha).

Me asustaba porque eso era imposible.

Entonces el reflejo se daba cuenta de que tenía miedo, y por ello sonreía maliciosamente. Salía del espejo y, al salir, sus ropas eran blancas y su pelo crecía hacia a dentro hasta quedarse corto. A la vez que el pelo se le encortaba su altura aumentaba, y lo que antes eran orejas de gato se convertían en unos cuernos como los de la mala de la bella durmiente, que crecían y crecían...

Me cogía del cuello y yo me ahogaba.

Despertaba de la angustia.

sábado, 9 de junio de 2012

Después de Selectividad

Todo el mundo me había hablado de lo complicado que sería bachillerato... y por eso no me pareció tan complicado.
Todo el mundo me había dicho que la PAU en comparación sería muy fácil, y por ir con esa idea, no me ha parecido tan fácil.

Mis días de Selectividad han sido así:
Día 1: Me desperté a las 6.30 am, no podía dormir. Estaba nerviosa y se me revolvían las tripas.

Lengua y Literatura: desastre, copié mal preguntas del examen.

Filo: Kant + San Agus + Platón... espero que esté bien, pero es que filo cambia tanto según el profesor...

Inglés: tirado.

Día 2: Me desvelé a las 2.47 am y no me volví a dormir hasta las 5 y pico, para despertarme a las 7 am. Justo lo que me estudié en el desvelo me cayó en el examen, será cosa del ángel de la guarda.

CTM: muy fácil, pero a ver según el corrector.

Día 3: Me desvelé a las 5 am y estaba descompuesta totalmente. Tras vaciarne interiormente, decidí irme una hora antes y así me daba un paseo y me despejaba.
Tuve que ir varias veces al baño de la facultad a, literalmente, cagar líquido.

Química: examen súper híper ultra mega fácil, pero iban a pillar. Las cuestiones de a pillar las tengo bien. Lo que tengo mal es aquello que era más fácil, los nervios me jugaron una mala pasada... no me dejaron leer bien :(
A lo mejor me presento a Septiembre para sacar un 10 , sólo por orgullo.

Biología: tuve mucha potra, entraron justo lo que me había mirado el día anterior. Aunque la verdad es que lo que más me había estudiado era lo de la otra cara... La pena es el tiempo, si hubiera tenido más tiempo para preparármela bien...
Y otra pena es que Biología varía mucho de profe a profe, que un examen para uno es de 8 y para otro de 3,5.


Valoración final: A ver qué tal. Espero entrar en farmacia en la complutense y si no en ingeniería química. Estoy rezando por que los correctores sean benévolos, porque he salido con la impresión de "vaya mierda de exámenes que he hecho".
Pero tampoco están como para suspender, y menos aún los de la específica.

Si no hubiera sido por los nervios...

¡¡AHORA A APROVECHAR TODO EL TIEMPO PERDIDO!!

lunes, 4 de junio de 2012

Día previo a Selectividad...

En fin, mañana será el gran día que nos tiene con ansiedad (al menos nos tenía a nos) desde finales de 4ºESO
Me siento bastante tranquila, pero sé que no voy a poder dormir bien.
No he tocado la literatura, y la mayoría de las asignaturas no las he acabado de estudiar... Pero me acuerdo de todo.
Tengo ese tipo de nervios que hacen que te quedes estático y leas más rápido e incluso respires bien, ¿comprendes?

En fin, hay una huella de sensación de que me voy a quedar en blanco. Pero eso es imposible.
No puedo ahora estar ni un minuto tranquila sin pensar en nada, porque palabras al azar me llegan a la cabeza y sus conexiones con las asignaturas.

Esta noche le  he dado vueltas a stamina y histamina. No tiene nada que ver.
Y a tautómeros, noúmenos, tautologías, que no tienen que ver, pero son palabras que vienen por-que-sí y les da por quedarse.

Ahora me iré a repasar la literatura, que apenas he tocado la de la posguerra.

Y a Nietzsche, que es bien fácil, pero las preguntas han cambiado y me cuesta mucho separar cosas tipo ética de psicología y estas de estado.

En fin, la suerte esta echada. Todo irá bien =)

[Total, con sacar un 5 en todo tengo ya algo más de un 9,4 de media]

Esto me sirve de relazz, la verdá!

sábado, 2 de junio de 2012

Semillas segadoras.

¿qué puede esperar la cosechasino importarle al Segador? -Terry Partchett, Mundo Disco, "El Segador"

Hoy he tenido un sueño alrededor de esa idea. Estaba en una situación en la que  casi muero, algo de una lucha contra otros seres, en plan una mezcla entre bichos sobrenaturales y daleks. Como fuera, me convertía en La Muerte por puro ofrecimiento del Señor de la Muerte. Y podía seguir con mi vida normal. Hasta que me tocaba matar a una amiga.Yo les advertía lo que iba a pasar y les dije que huyeran, que se escondieran, para que yo no pudiera encontrarles. Pero, inevitablemente, cuando tuve que llevar a cabo mi tarea, contra mi voluntad, tuve que buscarles y aunque no quería, sabía que iba a encontrarles.

Entraba a buscarles en un edificio que parecía una escuela de arte. Iba con ropa normal, o sea, humana 100%.Entonces uno de los profesores, uno ciego, se asomaba a la escalera y olía el aire.


-Uno de tus alumnos huele a sangre, pero no la de sus venas, sino la de la firma. Uno de tus alumnos tiene su nombre en el Tractatus (*)  firmado con su propia sangre. Uno de tus alumnos huele a MUERTE. -gritaba el viejo ciego a los cuatro vientos. Todos sabían lo que eso significaba.


A mí se me ponían los ojos como platos, pues no pensaba que nadie fuera capaz de descubrirme.


(*)El "Tractatus" es un libro de Wittgestein que hemos visto este año, nada que ver con el sueño, pero no sé, en el sueño aparecía como el libro de todas las personas que eran la muerte en ese momento (Sí, según el sueño el Señor de la Muerte encargaba su tarea a varias personas a la vez)... ¡¡TANTO ESTUDIAR ME ESTÁ TRASTORNANDO!!


Todo el mundo se alborotaba y salía corriendo. Yo podía oler dónde estaba a quien me tenía que llevar.
Cuando encontraba a mi amiga, su novio estaba delante de ella. Decía mi nombre y rogaba que no hiciera nada, y lloraba. Pero de repente había una burbuja en la que él no podía entrar y era como si en el mundo sólo estuviéramos ella y yo, y nada más existiera.


-No vas a llevarme -lloraba ella- aún no. Por favor.


-¿A qué más puede aspirar toda semilla, sino a ser segada para recoger su fruto? -contestaba yo, que realmente mi subconsciente sólo parafraseó la frase de Terry Pratchett- Nos siembran para esto. [...] Corre.


Y en ese momento hacía aparecer la guadaña, la levantaba contra ella, y ella se cubría. Pero no era a ella a la que se la clavaba. Hacía un giro muy raro y clavaba la guadaña en mi vientre y subía hasta la cabeza, me abría a mí misma en canal. 


La pompa que nos cubría se rompía. Permanecía muerta unos instantes, que eran suficientes para que ella huyera. Pero cuando volvía en mí, sabiendo que si moría una vez más, no podría regresar a la vida.
Seguí el olor de mi amiga hasta encontrarla de nuevo y le explicaba que o me la llevaba o moriría yo.


-¿Y si borras tu nombre del libro? -sugería su novio.


Para hacer eso tenía que ir al mundo de la muerte, pero algo tenía que mantenerme atada a este mundo. El único método posible era matarme y que mi amiga muriera lentamente, así podría ir al  mundo de los muertos pero a la vez estaría atada al mundo real por una tarea que tenía que acabar.


Nos tumbamos en el suelo de una biblioteca. Corté lentamente con la guadaña el cuello de mi amiga, de forma que a lo mejor en desangrarse completamente tardaría lo suficiente como para que yo fuera y volviera.Me volví a abrir en canal.


Esta vez aparecí en un mundo todo rojo, era como estar en las entrañas de algo. Había criaturas raras y gente que había muerto por ahí bailando y de fiesta. No creo que supieran que estaban muertos.Veía luz tras una cortina, y no sé porqué sentí que el Tractatus estaba ahí.


Una criatura, como un sátiro, me miraba y se reía.


-Tú eres la nueva, ¿no?. Nos hemos divertido mucho viendo tus sentimientos. Quieres borrar tu nombre del Tractatus. Adelante, sigue la luz hasta él. Ya verás como te encuentre el Señor de la Muerte. Entonces desearás estar muerta, o viva mejor dicho. Pobre chica en el estado intermedio... -tenía voz de borracho completamente.


Tras la cortina había un jardín con un camino de piedra, que llevaba a una gran sala. La sala, al entrar era un areópago. Todos los filósofos jamás existidos y por existir estaban ahí, debatiendo sobre cuestiones que en ese momento me parecieron triviales. Todos parecían de una edad en torno a los 30 y vestían de blanco.
Se quedaban mirándome cuando entraba. Luego se apartaron a los lados y uno dijo "El libro está por ahí" y me dejaron pasar sin más.


Llegue a una sala donde no había nada, excepto una mesa y el libro.


Cogía el libro y volvía al mundo real con sólo desearlo.


Volvía a estar en la biblioteca. Mi amiga estaba allí casi muerta. Una unidad de médicos y enfermeros habían venido. Yo era un cadáver con movimientos, pero no estaba viva.


-¿Cómo borro mi nombre del libro? -le preguntaba a su novio.


-La sangre sólo se borra con fuego.


Entonces corría, mientras ellos la reanimaban, a un lugar al lado del mar. Estaba anocheciendo, tenía que hacerlo antes de que se pusiera el sol.


Una voz dentro de mi cabeza, bastante imponente y que me daba miedo de verdad decía "¿Estás segura de lo que vas a hacer? La ira del Señor de la Muerte caerá sobre todo lo que amas?"


Arrancaba la última hoja escrita, que llevaba mi nombre y el de miles de personas más. Si quemaba la hoja no sólo me afectaría a mí, sino a todas aquellas personas que también eran la muerte.


-Si quieres abandonar tu tarea, sólo has de pedírmelo. -me giraba del susto. Era el Señor de la Muerte, yo nunca lo había visto, y me lo esperaba más imponente. Pero no, era sólo un chico, con apariencia más o menos humana. -Dame la hoja.


Con su dedo, cuya punta era sólo hueso, tachaba mi nombre. El nombre volaba al mar y al contacto con el agua se incendiaba.


-No entiendo por qué os complicáis tanto la existencia, basta sólo con pedir y se os dará. Pero no, cada vez que uno desea dejar de segar para convertirse en parte de la cosecha, desea quemar el libro. ¿Qué problema tenéis con el libro? Bueno, al menos nos has deleitado con tu numerito. -y sonreía de una manera un poco rara, cono quien no sabe, una media mueca rara.


-No te imaginaba así. Tenía miedo.


-Deberíais tenérmelo. Vuelve a vivir como si nada nunca hubiera sucedido. Estás perdonada. Nos veremos dentro de poco.


-¿Poco?


Y el sueño acababa en que volvía con unos libros a la iglesia en el domingo, tras vagar por la orilla del mar desde que borraron mi nombre y sintiéndome rara, como quien pierde su poder y a la vez tiene que aprender a andar de nuevo tras haberse acostumbrado a volar.