sábado, 27 de agosto de 2011

Mar de culturas.

Sí, voy a hablar de mi experiencia en la Jornada Mundial de l Juventud 2011, Madrid. Ante todo, quiero dejar de lado las discusiones económicas y esos temas de fulleros y etc etc etc, porque si alguien pretende comentar sobre ese tema... no viene a cuento. Y no le prestaré atención.

Bueno, todo esto espezó más o menos hace 3 años, para mí hace 1, un poco menos quizás. Al principio había alguna cosa de preparación, alguna especie de clase de primeros auxilios (a las que yo en su mayoría no fui), algún evento para juntar a los jóvenes de la diócesis, algo para preparar cualquier cosa.
Ser voluntario no es cosa de una semana y ya está, no. Todo el mes previo nos dedicamos a cargar y descaragr cajas y hacer mochilas, limpiar los alojamientos y prepararlos, etc, lo que se nos pidiera.

Yo no estaba nerviosa por el evento, la verdad. Ver o no ver al Papa me era indiferente (aunque claro, ya que estábamos si se le podía ver pues se le veía), yo me apunté como voluntaria porque se ayuda a la gente, y se necesitaba (sobretodo cargando cajas, daba la impresión de que nunca era suficiente).
Ha sido duro, sí, pues una vez que pensamos que lo peor (las cajas) había acabado, que el resto solo era cuidar de un grupito de italianos católicos sería más fácil.
Pero me equivocaba. He aprendido que ser voluntaria requiere más espíritu de sacrificio y menos horas de sueño, pero merece la pena, porque a pesar de estar hechos polvo, esa gente era genial y se han hecho de querer.


Los primeros dos días fueron los peores, estábamos muy perdidos.

El miércoles las cosas ya comenzaron a mejorar, comenzaron las catequesis. En mi parroquia recibimos al obispo de La Habana, uno que me suena que era de Albacete (hablaba como de pueblo) pero no estoy segura ; y otro que también era de aquí de España.

Animamos las catequesis a tope, con bailes y de todo, aunque estábamos hechos polvo... sacaríamos las fuerzas del Espíritu Santo, porque si no, no me lo explico.

Las catequesis seguían el lema de "Arraigados y edificados en Crsito, firmes en la fe."

La primera catequesis me costó un poco, porque entre el acento cubano y que el hombre se enrollaba consigo mismo me costó seguirle el ritmo. El nos dijo "Como decía Juan Pablo II, no tengáis miedo... Conozco la situación de la religión en España, en Cuba fue similar, pero estamos resurgiendo". Nos relató como hubo un tiempo en el que no se podía ni decir "Gracias a Dios", y que si lo decías siempre había alguien que te correjía y decía "Gracias a Dios no, si eso ¡gracias a Lenin!"

Pero la segunda catequesis, la que dio el obispo que hablaba como si fuera de pueblo, se me hizo más amena y muy cercana.
Este obispo nos habló con un lenguaje más juvenil, me llegó más porque le veía como el típico abuelo o profesor de cole. Nos dijo que la vida era como uno de esos senderos nocturnos "Siga caminando y se encenderá la luz" .
Era un hombre muyu gracioso que hacía muchas bromas.

La tercera y última catequesis la dio un obispo similar al anterio, pues también era español. Nos habló de una manera un poco más científica y dio muchos datos, parecía un profesor. Su gran frase fue "La ética se ha vuelto dietética". Qué gran razón tiene.

El miércoles volví a tener vida social, así que fui a un concierto de La Voz del Desierto, con unos amigos no necesariamente católicos, de hecho había alguno que era homosexual, y no hubo problemas de ningún tipo... Hasta que llegamos a Sol para volver a casa, que nos encontramos con la manifestación "laica", que realmente era atea. Y entre empujones e insultos de todo tipo conseguimos llevar a a unos Australianos tope majos a la renfe.


El siguiente día que tuve vida quedé con mi novio apra ver una exposición de la Sagrada Familia que había en el Retiro. Él se iba quejando de que todos éramos una gran secta... pero que se quería venir con nosotros a Brasil 2013. Qué fe.

Al día siguiente fuimos a ver el Retiro con otros amigos y nos hicimos fotos con un montón de banderas, y hablamos con gente de todas las naciones.

Luego la noche de Cuatro Vientos: prácticamente un empalme total. Yo dormí sobre 4 sillas alineadas para que no nos las quitasen, fue inútil.
Cuatro Vientos fue duro, mucha gente y aunque era un sitio enoooooorme se nos quedó pequeño, en el área de voluntarios colaron a gente de otros sitios que no cabían en sus zonas.
Por la mañana me mareé con el sol, y deseé fuertemente que lloviera. Y llovió.
La lluvia fue lo mejor, nos refresco y nos hizo sentir como nuevos, además, nos unió mucho. Era genial como la gente aguantó viento y lluvia con una sonrisa sin parar de cantar y rezar... Eso no se ve ni en los mayores conciertos.

Y por fin llega el fin: el IFEMA. Vimos al Papa de cerca. Un tipo majo y cercano, la verdad, aunque la gente se revolucionaba como si fuera un supermodelo, un gran actor o un cantante bueno, de esos que ya casi no quedan.
A mí me gusta ser cristiana, pero lo de lanzarse a por el Papa en plan grupie locaza no le veo sentido, y sigo sin entender porque ven al Papa de esa manera, al fin y al cabo no es más que el "Siervo de los siervos de Dios", como indica su nombre.



Y pasado eso... ¡siesta! Y fiesta con los italianis :) Era el último día, había que aprovechar.

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Se echa a todo el mundo de menos, he hablado con gente de todos los continentes, me han hecho regalos-recuerdos chinos, australianos, australianos otra vez, estado unidenses (también dos veces), checos, chilenos, italianos, gente del norte de áfrica, alemanes, polacos, etc...

Impresionante. Pero la próxima seré peregrina, que es mucho menos paliza.