domingo, 27 de febrero de 2011

Sigue soñando.

Bueno, cuando creé el blog tenía la intención de hacer un diario onírico (diario que recopila los sueños de cada noche) Pero hacer un diario tal es una cosa muy difícil, hay gente que le cuesta recordar sus sueños [NOTA: los sueños no son recuerdos, al despertar puedes recordarlos, pero en pocas ocasiones se pueden mantener vivos como recuerdos, ya que se almacenan en zonas diferentes del cerebro] y hay gente que los recuerda pero da muchísima pereza escribirlos nada más despertar (en ese estado que estás entre la vigilia y el sueño, cuando la inspiración está viva y nosotros no estamos ni conscientes [aunque así lo creamos] ni dormidos, pensamos muchas cosas que al estar del todo conscientes se olvidan, aunque creamos que no lo vayamos a olvidar.)


Bueno, esta noche he tenido un sueño curioso =) Bueno, todas las noches, y de hecho he tenido más de un sueño (pero esos me los guardo para mí ;D)

El sueño trataba de... umm, no sé como empezar. Empecemos por el sitio. Estábamos en una finca (había una gran piscina, podría describiros el edificio, pero solo tengo el recuerdo de la vista de la piscina, la entrada con césped y camino guiado por roquitas a los lados y la vista desde lo alto de la piscina a la casa, que era de un color cuarzo rosa, con columnas grises, altísima, de forma cuadrada con tejado en pico gris oscuro. Era una mansión, unas dimensiones flipantes) y nos daban la oportunidad de elegir ser varias cosas. Eran como varias vidas, e ibas ascendiendo según lo que fueras. Todos empezábamos como vida humana (unos acabábamos antes que otros, y ascendíamos de diferentes maneras, pues), seguida por vida animal, y muchas otras. Estas vidas son sueños, o sea, un sueño dentro de un sueño (no sé si lo habéis vivido alguna vez, pero que sepáis que algunas de las cosas que hacen en la peli de Origen son reales ;) me refiero a eso de tener un sueño dentro de un sueño y sucesivamente, como las muñecas rusas)

He hecho 3 vidas: humana, animal y algo que podríamos traducir al castellano como "espíritus de la alegría" [NOTA: mis sueños nunca están en castellano. De hecho, nunca están en idiomas que conozca, siempre son en idioma propio inventado por mi subconsciente, y si alguna vez presentan idiomas conocidos, no lo hacen al completo; en esos casos predomina el castellano, que es mi idioma natal, seguido del alemán (que lo he estudiado durante un par de años), luego el euskera, árabe, hebreo, latín (o lo que yo creo que es latín en el sueño xD) y algunas lenguas extrañas, pero estas solo introducen palabras sueltas (porque solo sé palabras sueltas). A veces sueño en inglés, cuando esto pasa no hay ni rastro de catellano. ]

La vida como humana o animal no es interesante. La vida final sí, la de "espíritus de la alegría", los "Lh'Iyrasêii" se llamaban en el sueño, o algo así (no sé pronunciarlo consciente, vale!? y menos escribirlo) Bueno, el caso es que el cargo de ser un espíritu de esos es alegrarle la vida al resto de los humanos.

Así que inducimos un sueño sobre el resto de nuestros compañeros que todavía permanecían en la primera vida, la humana.

Un sueño dentro de un sueño, ellos no sabían que estaban soñando, pero los otros espíritus y yo sí. Mi compañero, que no existe realmente pero en los sueños siempre es el mismo y cuando despierto nunca recuerdo su nombre, me dijo "Encárgate tú del sueño".

Teóricamente, el resto de humanos no podían vernos, pero decidimos tomar forma de humanos, de menor tamaño, para poderles preguntar sus deseos.

Convertimos la piscina en un océano, un aparente océano ilimitado, pero que realmente tenía fondo de piscina y tenía sus límites, pero eso los humanos no lo sabían.

Nos dedicamos a hacer juegos con ellos en el agua, proporcionándoles olas, tablas de surf, torbellinos acuáticos, etc etc etc, para que se lo pasaran bien en el agua.

Todo a mi costa, podía manejar el agua. Era muy bonito, yo y el océano no éramos uno, no éramos lo mismo, pero el océano era como un ente vivo sometido a mi voluntad.

Entonces dijo mi compañero en una mala traducción al castellano: "¿recuerdas lo que sucedía ante el océano en tus otros sueños?" Y tuve un momento de flashbak, en el que recordé otro sueño, de hace un par de años, bueno, he tenido muchos sueños similares, en los que las olas se oscurecían y se alzaban susurrando "Eres uno de los nuestros" (es otra mala traducción) y solían acariciarme la cara con una mano acuática, evanescente y realmente inexistente.

En ese momento en el que estaba recordando ese episodio [Nota: no puedo recordar todos mis sueños siempre que estoy despierta, pero en sueños es al contrario, puedo "recordar" todos mis sueños y de hecho están ligados, como una doble vida. Lo que no puedo recordar en sueños es mis recuerdos de vida consciente] Levanté una especie de tsunami. El cielo se oscureción, azul muy oscuro, e igual hizo el agua. No había nadie dentro del agua, pero los que estaban en la tierra se asustaron bastante. Una amiga que estaba todavía por la primera vida, y que no voy a nombrar porque esta sí existe de verdad, me dijo que parase. En ese momento desperté del trance, vi la ola que había hecho (20 m de altura o más, y seguía creciendo) y la retuve durante un rato, pero en el fondo quería estrellarla contra los bañistas. Sabía que haría daño a todos menos a mí, pero la carita de pena de mi amiga (tenía su aspecto de hace 9 años o más, vamos, una niña de 8 años o menos) hizo que desplomase la ola sobre sí misma. Pero no quise dejar de hacer olas grandes (no tan grandes, estas alomejor eran como de 5 m) que no eran tan peligrosas. Cuando se acercaban a la orilla se desplomaban, de forma que no podían hacer daño a nadie.

Me sentía enfadada. Siempre que mi compañero abre la boca acabo enfadada. Siempre por el mismo tipo, y ni siquiera sé su nombre. En un sueño, una vez, me echó la bronca porque estaba sonando el despertador y le dije que me tenía que ir, y me contestó "Claro, como no todos podemos existir" y me echó en cara que siempre les abandonaba. Me parece increíble y cómico que mi propia invención me culpe de estas cosas. No sé, es extraño, no es la primera vez que hace algo de eso y tampoco será la última.

Como estaba picada con él no me apetecía quedarme más sentada en la arena con él, así que fui al agua. Andando sobre las olas (más bien, montando en las olas) Y fui a jugar con los que todavía estaban en la vida humana. Tomé el aspecto de humana (mi aspecto de humana en los sueños es siemrpe rubia de pelo largo, por eso sé que estoy soñando, porque tengo el aspecto congelado en el tiempo, el aspecto de hace 3 años [bueno, un poco más delgada de como estaba hace 3 años ^^"]) y estuvimos un rato cabalgando las olas.


Pero luego me apetecía quedarme sola. Así que fui caminando sobre estas mar adentro. Las olas iban desplomándose según pisaba. Cuando me hube alejado cerca de 1 km [Nota: las medidas en los sueños realmente no existen, todo parece más grande y se recorre en menos tiempo o viceversa. El tiempo tampoco existe] vi que el mar estaba estático y había recuperado su color cielo azul celeste y el sol brillaba mucho. Andé rápido sobre la superficie acuática, llegué a la orilla en cero coma. Los humanos se estaban empezando a abrasar, mi amiga me dijo que si no podía poner alguna nube en el cielo.


Y entonces mi compañero y yo comenzamos a pintar nubes en el cielo. Yo usaba la mano entera, él no tenía tanto poder y necesitaba una tiza para ello. Se picó, porque yo pinté más nubes y con más facilidad. Somos muy buenos amigos, en sueños, pero siempre estamos picándonos. Porque no todos podemos existir y porque a veces hay que sacrificar a uno para reinar por cientos.

Después de un buen rato de que los humanos se lo pasasen bien (no había noches, pero habían pasado varios días, quizás medio año) y estaban agotados del todo, les hicimos dormir de una vez, derramando arena brillante sobre ellos, como es típico según la tradición para provocar sueños. Derramé la arena sobre mi compañero, luego yo fui la última en dormir.

Y la primera en despertar en el primer sueño. Vi a todos, en forma humana, dormidos junto a la pared de la mansión que daba a la piscina.

Subí a la piscina y le pregunté al que organizaba todo, por así decirlo, que estaba paseando sobre la piscina sin agua, o sea, por el aire; y se reía silenciosamente (seguramente del sueño que les habíamos provocado a los humanos, ya que habíamos usado esa piscina como modelo para crear el mar). La única palabra para llamar a aquel hombre es "maestro", pero suena mal, pero no tengo palabras e castellano para nombralo. Realmente cuando le llamamos lo hacemos con una voz muda, como una censura cutre de películas antiguas, es como "el que no debe ser nombrado". Le pregunté que cuál era mi siguiente misión, mi siguiente vida. Él volvió a reír y contestó "Despertar. Antes de que él lo haga -y señaló a mi compañero- A no ser que quieras dormir para siempre o que quieras bronca"
Miré a mi compañero desde lo alto de la piscina, él estaba apoyado contra el muro de la mansión, con la cabeza baja, dormido, las piernas extendidas y los brazos caídos con las palmas estiradas y hacia arriba. Parecía un muñeco.

Su aspecto físico de hecho, es neutro. Digo compañero porque tiene una voz más bien masculina y suele tomar aspectos de chico cuanod tiene que tener forma concreta, pero es la neutrlidad personificada. No tiene pelo excepto en las pestañas, es como un muñeco que puedes vestir. De los rasgos faciales no me acuerdo muy bien, pero los ojos suelen ser solo pupila, no tiene iris. Los pómulos y la boca son armoniosos, equilibrado, como un chico algo andrógeno. Esto es lo que le permite adoptar cualquier forma, que no tiene rasgos definidos y cuando se mete en algún papel los modifica automáticamente.

Cerré los ojos muy fuerte, para despertar antes de que él lo hiciera. No quería bronca. Esta noche me regañará, seguramente, siempre lo hace.

Estoy siguiendo los consejos de David de escribir mis sueños. No los escribo realmente para que los lea nadie excepto yo, es la única forma de convertir mis sueños en recuerdos: escribirlos y releerlos.




sábado, 26 de febrero de 2011

Caídas y mañanas



Para aprender a andar hay que caerse multitud de veces.
Lo que nadie nunca te recuerda es que una vez que ya sabes andar, te volverás a caer un montón de veces más.

No porque te quede por aprender o para mejorar el andar, al contrario, a veces incluso lo empeora.

Pero es que es esta la única manera que tenemos de ver que no somos perfectos, aunque a veces lo aparentemos, que nos equivocamos incluso en lo más básico. Y no por ello dejamos de levantarnos o de enseñar a otros a caminar mientras realizamos nuestro propio camino, lleno de baches, piedras y caídas.

Siempre seguimos, siempre hacia delante. Pero nunca sin olvidarnos de los que vienen detrás, que algún día nuestro futuro será su presente y son los únicos que pueden dejar nuestras faltas, nuestras "caídas", atrás.

Son ellos, los que hoy hemos enseñado a levantarse, los que nos levantarán a nosotros mañana.

viernes, 25 de febrero de 2011

Volvemos a rodar :)

Bueno, después del famoso mito de la pequeña película producida por los alumnos de 4º de ESO (del año pasado, claro) dirigida y protagonizada por Álvaro Gallego, con Dámaris Sanz como cámara principal y coordinadora de cámaras, junto con Óliver Blanco, Roberto Calvo y José con Tilde como malos malosos de la historia, decidimos continuar con el rodaje. Un rodaje más serio, con más cámaras. Con mayor dificultad. Con más actores. Un rodaje que no se quedará en corto y que aunque sea por amor al arte, no solo hemos sudado al hacerlo, sino que también lo hemos disfrutado.















Albertow, Rhina, Sira, Óliver, Álvaro, Marcos, Esther, Calvo, José, Sanchess y Vic. Lo valemos, séh :)

Aquí os dejo con el "trailer" que hicimos el año pasado:













jueves, 24 de febrero de 2011

Días y días.

Decía el gran poeta italiano Dante Alighieri "No hay mayor dolor que acordarse de los tiempos felices en la desgracia". Pues bueno, hay días y días.
Días malos y días peores.

Estos últimos son los mejores, son aquellos en los que te acuerdas de los mejores momentos y las cosas más bonitas vividas. Días malos en los que recuerdas las primeras lágrimas, la segunda discusión y el último adiós. Días peores en los que recuerdas la primera sonrisa, la segunda pregunta y el tercer roce. Días malos en que te preguntas qué pasó, días peores en los que te preguntas que habría pasado. Días y días.