domingo, 11 de noviembre de 2012

3 Despertares

Este fin de semana ha sido imposible conciliar el sueño bien...

Sábado, 5 y pico de la madrugada: Estaba soñando, peor no lo sabía. Estaba en casa. Y estaba diciendo ese nombre. Ése nombre que más que de alguien es de algo, ese algo; que nos hiela la sangre a todo pero a la vez nos atrae pero que nadie querría enfrentar. Ese algo que tiene múltiples nombres que ha ido acumulando desde antes de que el tiempo existiera. Ese algo que, razonablemente, no voy a nombrar. En el sueño, yo nombraba su primer nombre. No quería nombrarlo, y no sabía porqué lo nombraba, pero lo decía. Y si lo estaba dicendo, es porque era un sueño, nadie es capaz de pronunciar eso de tal manera consciente. De fondo sonaba yo misma haciendo "miaumiaumiaumiau" como si cantase a través de un megáfono en la lejanía, por lo que la situación no era tan tétrica como podría haber sido.

Entonces sentí que las paredes se distorsionaban y el ambiente tomaba ese aire que advierte de que el sueño ya no es sueño, sino pesadilla. Yo estaba en la aprte del pasillo entre el cuarto de mi hermana y el de mis padres, llamando a ese algo.
Me agarré a las paredes mientras estas se distorsionaban. No tenía fuerza para avanzar, porque sabía que me encontraría con algo. Giré levemente la cabeza hacia atrás, tampoco me atrevía a girarla completamente porque sentía que algo  también podría estar ahí, observándome. No quería verlo, porque entonces sí habría sido una verdadera pesadilla.

Me dije que era un sueño y me obligué a despertar. Todo sucedió muy rápido, menos de 3 segundos si hubiera tiempo en los sueños.

Desperté de golpe, bocarriba en mi cama, con el corazón muy acelerado.

Menos mal que desperté a tiempo y no llegué a empezar la pesadilla.

Al momento mis padres vinieron al ver la luz de mi cuarto dada. Yo les expliqué que estaba bien, que iba a tener una pesadilla pero que había parado a tiempo, sólo que tenía el corazóon acelerado y me dolía el pecho.

Me midieron el pulso, me apretaron el pecho para ver si tenía algún golpe o si el dolor era tan solo como un flato. Luego me dieron una manzanilla, porque tila no había, y me volví a dormir.

Domingo 2 y poco de la madrugada: Me desperté porque había alguien gritándome algo, no recuerdo el qué. Eran como si me gritasen en la realidad, no en el sueño, pero cuando desperté, al principio poco consciente, me parecía muy coherente que hubiera alguien más en la habitación y me hubiera gritado, pero cuando recuperé la consciencia por completo y me di cuenta de que estaba sola en la habitación, deduje que era un mal sueño. No me sentí asustada, volví a dormirme rápido.

El mismo Domingo, ya cerca del amanecer: Mientras dormía oí como un cuervo graznaba. Juraría que el cuervo se posó en la mesa de al lado de mi cama. Cuando me derperté, no había nada. Volvió a sonar el cuervo, y sonaba fuera de la casa, en la calle. Eso me dejó tranquila, es muy normal que graznen  pájaros al lado de mi casa, así que me volví a dormir rápido, repitiéndome que el cuervo estaba fuera y no a mi lado.

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