sábado, 5 de mayo de 2012

El Fin del Mundo (o sólo de la Tierra)

Esta noche (sí, un sueño fresco) he soñado con cómo comenzaba la posible destrucción de la Tierra (como planeta, no era el Apocalipsis). La verdad es que mis sueños, lo queráis que no, tienen una relación entre ellos, son como partes de una serie que no se es vista en orden pero que cada capítulo tiene sentido en sí y al juntarlo todo surge la maravilla.

Todos mis sueños de destrucción del mundo se ubican en verano de 2012, siempre he interpretado esta especie de generación de pesadillas como un miedo a selectividad (sólo me quedan 4 semanas) y al futuro (tengo que elegir qué voy a hacer con mi vida, y no, no lo tengo nada claro).Sí, el 2012 me dio siempre mucho miedo.
Unos son por destrucción por acciones antropogénicas, otras bioterrorismo, otras ataque externo al planeta y otras por culpa del Sol.

Gracias al sueño de hoy he recordado un sueño que tuve sobre la destrucción de la Tierra (muy similar a éste) hace poquito, y también el primero que tuve, allá por 2006. Intentaré resumirlos cronológicamente:

En Julio de 2006, en mi primer día de campamento en un lugar de Castilla y León que no recuerdo su nombre (ese año me fui 3 veces seguidas a 3 campamentos diferentes) tuve una pesadilla. Soñé que estábamos en Muñico (mi pueblo) esperando que llegase la noche para ver la lluvia de estrellas.
¿Y qué pasó? Hubo lluvia de algo, pelotazas de fuego, como minisoles (muy falsos, la verdad, se notaba que era un sueño) El caso es que huíamos y nos cobijábamos en el búnker de... no me acuerdo. Recuerdo que desperté muy traumada en plan de "¿Y yo he hecho selectividad para esto?¿Tanto estrés para que desaparezca la raza humana?"
Luego vi esas cosas de divulgación malrrollista de Cuarto Milenio, y me dio canguelo que la fecha de los Mayas y la mía coincidieran (es que hicieron ese calendario pensando en mí). Pero ya sé que mis sueños no son adivinatorios (porque soñé los exámenes de historia y resulta que cayó justo lo que no había soñado... jolines)
Recuerdo que nos salvábamos por ayuda alienígena. Recuerdo estar en un escenario, mirando a las butacas vacías, cuando apareció un humanoide mucho más alto y delgado que yo, con la piel completamente roja y el pelo (muy poco pelo) blanco, y sus esclerótica era roja y gris, sus pupilas, como adaptadas a mucha luz, pequeñas, sus mano, de 4 dedos (sin corazón o anular). Hacía un gesto con la mano y me ponía la mano en el hombro y yo le entendía. Nos teníamos que ir.
Y nos íbamos, hacia el cielo.

Supongo que ha habido más sueños similares desde entonces, pero pasemos a los frescos.

El que soñé hace poco... me parece que comenzaba en Madrid capital, me suena que estábamos en un evento de fiesta de estas a tope, por el día. Parecía que fuera el orgullo gay, carnaval, o la noche en blanco antes de ser de noche, no sé, había cabalgatas y hacía calor.
El caso es que caía una estela de luz, de esas que se pueden ver a veces que son pequeños meteoritos que no se desintegran del todo, que aparece una brecha blanca en el cielo, luz veloz, y desaparece. Pero en esta había algo extraño, era más larga y daba la sensación de más lenta de lo normal.
Me sentía como un dinosaurio de la peli de Dinosaurios, mientras que la mayoría de la gente no se percataba de lo que había pasado en el cielo, cayeron 2 estelas más. Yo esperaba a que el suelo retumbase. Y al cabo de casi 1min después de la primera estela, el suelo retumbó. Y seguidamente 2 veces más.
El suelo realmente  temblaba, pero la gente entre todo el ruido y juerga no lo notaba más que como la vibración de un altavoz.
Yo y mi hermana nos íbamos rápido a casa, en coche (era verano, no había tráfico en Madrid) y cuando veníamos por la Avenida de la Constitución de la ciudad en la que vivimos, el cielo estaba muy naranja y mi hermana decía mi nombre, y yo despertaba de mi ensoñación.

-Mira.

Y miré. El cielo naranja tenía como  manchas moradas que se movían (parecía un cielo hecho de sinapsis entre neuronas moradas, pero como si la imagen hubiera sido licuada). Había una lluvia de estrellas, más bien de estelas de luz como las de antes, que caían rapidísimo, posiblemente en América del Norte, porque allí es donde caen todas las cosas malas (menos Godzilla, que es japonés).
(Lo de la imagen es un cometa -creo- es que no encontraba cosa más pareceida a una estela de luz diurna)
Corrimos a casa, mi familia no estaba, les llamé, no funcionaba la línea. Sólo estaba mi hermano el segundo (somos como cinco o por ahí) con la pequeña.  El suelo temblaba y retumbaba, pero en el sótano de la casa el efecto era menor. Tumbábamos todos los muebles que pudieran caerse sobre nosotras y cogíamos toda la comida de la casa y más. Al cabo de poco tiempo llegaban mis padres y mi hermano mayor (que decía que había dejado a la familia de su novia en el búnker de mi abuela y  que se iba ahora con ellos, nos decía que no había caído ninguna estela cerca de aquí).

Los temblores cesaban a eso de caer la "noche" (siendo verano, sobre las 11)
Mi familia no salía fuera, pero yo iba a explorar.

Todo el mundo salía de sus casas y se quedaba hipnotizado mirando al cielo.

Y no caían proyectiles a la tierra, pero el sol había crecido. Veíamos la puesta de sol de un Sol 5 veces más grande que el sol normal, todos con gafas, como cuando sucedía un eclipse en el cole. Yo no llevaba gafas.

El sol no se iba por completo del cielo, así que la noche era como la mañana. Cuando se hacía de día era imposible salir a la calle. Las noches eran bonitas, el sol era blanco y si te lo quedabas mirando se veían cosas moradas-violetas moviéndose en su superficie, como columnas de fuego morado. El cielo de era totalmente blanco excepto por el este, que era azul muy pálido.

Lo que pasa entre medias, no lo recuerdo, pero evacuaron a todo el mundo, con ayuda alienígena.

Recuerdo que las chicas íbamos por un lado y los chicos por otro, parecíamos viajar a un campo de concentración. Los muy ancianos decidieron quedarse en la Tierra y morir con ella.

Yo no cabía en la nave en la que iban las mujeres de mi familia, por lo que decidí esperar y tuve que montar en la última cápsula.

El viaje era como un juego de pimball, nos llevaban a una estación alienígena, de esta a otra, de la otra a otra, y así hasta que cada uno llegaba a un planeta diferente.

En cuanto llegaba a la estación, me daba cuenta de que hacía mucho calor. No había nadie en la estación. Podía respirar, había oxígeno, pero no había gravedad. Recuerdo andar por un puente (como el de los aeropuertos pero circular  y con cristales y vistas al todo y la nada) en el espacio junto a un humanoide hacia la siguiente cápsula. Él era más grande que yo y no le hacía efecto la falta de gravedad... yo, sin embargo, que soy enana, iba dando saltitos largos, muy lentas.
Cuando él llegaba al otro extremo cerraba la compuerta y daba un botón. El puente comenzaba a encoger y la gravedad se había activado. Lo malo es que puso una aceleración de la gravedad algo superior a 9,8m/s2, y yo estaba en pleno salto y me daba contra el suelo. Me costó lo suyo levantar mi propio cuerpo.

Entrábamos en la nueva cápsula, pero antes de entrar, el Sol volvía a lanzar proyectiles y perforaba la estación. Luego creció de nuevo, engulló la Tierra, y nosotros nos fuimos pitando porque parecá ue iba a estallar.

Y aquí acaba el segundo sueño.


Y en definitiva, el de hoy:

Estábamos jugando al escondite, o algo parecido, en la plaza del Ayto. de San Fernando de Henares, estaban mi mejor amiga, mi novio, y algunos amigos más de mi antiguo insti. Cuando de repente alguien señala al cielo diciendo "Oh, mirad, qué bonito".
Y ahí estaban de nuevo, las 2 estelas.

-Yo esto ya lo he vivido -contestaba yo- ¡Corred!

Y comenzaban a caer más y más, pero esta vez caían cerca de nosotros. Corríamos hasta el sótano de mi casa (algo así como una hora corriendo) mientras caían pequeños proyectiles a nuestro alrededor. Esta vez no eran proyectiles naturales, era un ataque, una especie de bombardeo.

Conseguíamos llegar al sótano de mi casa, esta vez mi familia, mis amigos, unos cuantos vecinos y la familia de la novia de mi hermano mayor. No sé cómo cabíamos.

Entonces mientras la Tierra temblaba, algo, que no podíamos ver, entraba en el sótano y reventaba los cristales, abría todas las puertas y noté cómo esa fuerza en un momento, se quedaba frente a mí, unos segundos, me miraba, y después se iba por donde había venido.

EL suelo temblaba y muchos lloraban. Yo estaba en estado de shock, preguntándome si alguien más había notado lo que yo. estábamos mi mejor amiga, yo y mi novio, en ese orden sentados en una pared bajo un espejo (que la criatura había reventado) con muchos cortes y la cara boquiabierta.
Nos mirábamos, como preguntándonos "¿Vosotros también lo habéis sentido?" pero nadie se atrevía a decirlo en alto.

La gente seguía llorando y chillando.

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