domingo, 27 de mayo de 2012

Deseos

Nunca fui muy dada a desear cosas.
Es lógico que desde pequeña pensase imposible que una estrella cayendo o unos pedacitos de dientes de león en el aire pudieran cumplir mis sueños.
 No podía ser tan simple.
No era lógico.
Podía creer en monstruos y en los reyes magos, pero en esa fuerza sobrenatural que sólo poseen las estrellas fugaces, las velas de tu cumple y los dientes de león; no, es irracional, incluso cuando era pequeña era irracional. Incluso en la lógica onírica, donde todo tiene sentido, era irracional.
Pero, eso no quita el hecho de que siempre, en verano, vamos a ver las lluvias estelares;
en primavera soplamos todo diente de león en mi camino
y en mi cumple cierro los ojos antes de soplar y pido un deseo...
Porque aunque no crea en que funcione, porque no tiene sentido, quién sabe... a veces se dan casualidades.
Yo no creo en las casualidades.

Ayer se dio una casualidad, vaya.
Hoy soy feliz.
Mañana ya verás.

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