domingo, 19 de febrero de 2012

Querido diario.

Tengo miedo cuando leo mi (mis, más bien) diarios.
Cosas que hice y que no recuerdo, hasta que las leo. Y entonces pienso: "¿Cómo pude ser tan estúpida?" ,o "¿De verdad pensaba yo eso?" , o bien "No me reconozco".
¿Y lo que siento? Vergüenza. Creo que es lo que todos sentimos cuando vemos cómo hablábamos de unos problemas bobos hace unos años, ahora que pensamos que no es para tanto.

Y lo que más me impacta de todo es que solo escribo lo que olvido (bueno, quizás olvide más de lo que creo), esto es, las partes malas. Si alguien en un futuro leyera mi diario se quedaría con muy mala idea, no de mí, porque de eso no habla, sino de las personas que me han rodeado.

Las personas a las que más quiero se las nombra muy poco en el diario.

Y recuerdo sus nombres a la perfección.

Será porque ellas no me han hecho daño.

Y un par que no escribo días largos en el diario, como los que solía escribir. Y los escritos son cada vez menos largos.

Será porque cada día soy más feliz... más vaga.

1 comentario:

  1. Siempre mola dejarse recuerdos escritos. Es como ver una foto de cuando eras pequeño (o más joven, depende de la edad que se tenga aro). Cuando leas esos días cortos dentro de un tiempo seguro que sabrás si eran más cortos porque eras más feliz o más vaga... o, a lo mejor, te estabas quedando sin tinta y la querías reservar para el Gran Día, ¿quién sabe?

    ResponderEliminar

Cada vez que no dejáis un comentario ¡¡Schrodinger mata y no mata un gatito!!