martes, 14 de febrero de 2012

La Montaña de los Cirstales Oblongos.

Subimos por una montaña salina, de cristal blanco. Hay escalones hechos de cristales oblongos, transparentes o blanquecinos, óvalos y rectangulares, finos y gruesos, que descomponen la luz del Sol.

Al principio camino sola, hacia el Sol.

Las escaleras suben en espiral.

Poco después aparece ese amigo que hace mil que no veo, con el que llevo soñando hace un par de semanas, y poquito después aparece una amiga común de los dos (más suya que mía, la verdad) de la cual hace todavía más aún que no sé nada.

Y entonces revivimos una conversación que ya mantuvimos hace unos 3 años, solo que en vez de ser en medio de la noche-madrugada con linternas en una montaña perdida y alejada de la mano de Dios, esta vez es de día.

No quiero decir de qué hablábamos, porque eso ya me parece muy personal.

Yo a ella no la podía escuchar, y cuando hablaba, la veía mover la boca... y era como si estuviera dentro de una cámara insonorizada, porque su imagen a veces parecía estar detrás de un cristal.

No miro mucho hacia atrás, pero a veces miraba y ella allí estaba.

Y cuando hablaba él me gritaba lo que ella decía, porque yo no podía oírla aunque me chillaba y golpeaba una pared invisible... Así que optó por susurrarle a él antes de malgastar sus energías conmigo.

A veces había mesillas de cristal en medio del camino.

Yo que iba la primera, a veces, corría y las colocaba detrás de mí para que no pudieran alcanzarme mi compañeros. Nunca llegaron a tocarme.

No era exactamente huir de ellos, era evitarles.

Luego me doy cuenta de que tengo una linterna, como aquella noche en la montaña hace unos 3 años, y veo que nunca he dejado de enfocar al frente con ella. Y entonces me giro y alumbro a mi compañero, y al girar la cabeza atrás me doy cuenta de algo: el Sol no ha sido más que el reflejo de mi linterna.

Sus ojos brillan raro por el reflejo de mi linterna, como si cada ojo fuera un Sol en sí. Y entonces es cuando repite las mismas preguntas de hace 3 años.


Y entonces la conversación empieza a degenerar. Recuerdo preguntas sin sentido como "¿Tú Pulpo?" "¿Puedo inversa de A por la Identidad?" "¿Sabes adjunto?" [las mates me están afectando al coco ] Y varias cosas en alemán pero en tono español ("¿Du kommst und nicht mehr raus?")

Y mi compañera vuelve a aparecer y empieza a decir cosas que eran poemas de Lorca y Machado.

Apago la linterna, desaparecen. Me quedo en una oscuridad completa, en esa nada negra que podemos pensar pero no imaginar.

Suspiro.

Y me despierto.

Y son las 6:32 am y se oye a mi padre roncar por todas partes -.-

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