lunes, 30 de enero de 2012

Susto.

Siempre piensas que no te va a pasar a ti, que va a pasar a otra persona. Tú lo haces todo demasiado perfecto como para cometer errores. Tú nunca te equivocas, y esta vez no será una excepción.


Pero no es así, sucede.

Y te preguntas: "¿Por qué a mí?" o "¿Qué he hecho yo para merecer esto?"

La primera no tiene respuesta, es cosa del azar. La segunda no necesitas a nadie para saber la verdad.

No has hecho nada para merecerlo. Has hecho mucho para evitarlo. Huyes. Pensabas que siempre le pasaría a los demás, y si te pasaba a ti serías más fuerte que el resto, que harías lo correcto. ¿Y qué es lo correcto?

Ya no sabes quién eres.
Todos tus principios quedaron al final.

Aquello de lo que siempre hablaste y que nunca hiciste.

Y, si el remordimiento te deja pensar algo más, en tu cabeza, subconscientemente dirás "¿Podré perdonarme algún día?" Supongo que perdonarse es el primer paso para poder ser perdonada...

¿Me perdonará?

Si no lo dudo, sí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cada vez que no dejáis un comentario ¡¡Schrodinger mata y no mata un gatito!!