Como todas estas últimas noches en las que no tenía clase al día siguiente, he vuelto a pasar una mala noche.
Todo empezó porque me levanté a eso de las 3.47 am porque me hacía pis y no dormiría bien hasta que me hubiera vaciado completamente. El problema fue que no reconcilié el sueño ni con la vejiga llena ni vacía. Volví a la cama y me quedé despierta, bueno, más bien en ese estado entre medias en el que piensa una disparates de los que nunca se acuerda después, ni cuando sueña, ni cuando se despierta, pero siempre tiene la sensación de haber estado pensando incoherencias.
Supongo que, entre vuelta y vuelta en la cama, debí caer dorrmida en algún momento, estando de lado apollando el costado derecho, dándole la espalda a la puerta, lo cual nunca hago cuando duermo (tengo la manía de dormir con la cabeza en el lado opuesto a la gente común, como vigilando la puerta)
Sé que estaba soñando algo incoherente, y entonces volvió a pasar.
Sentí que despertaba, pero no podía moverme. Algo me arropaba y me acariciaba el brazo y luego me daba un apretón, como el que le suelen dar a una animarla antes de un gran evento o para luego acariciar la cabeza y decir "Tranquila. Ya pasó, ya pasó... shhhh." Sí, ese tipo de apretón.
Pero la sensación de no poder moverme y el pánico que me entra con este tipo de sueños estaba presente en el momento, pese a que lo que fuera actuase con cariño. Tenía la sensación de que aquello que me había arropado estaba ahora detrás mía observándome. Podría jurar que, aunque no lo veía, mientras soñaba estaba segura de que era una sombra alta y ancha de espaldas, probablemente masculina. Su posició tras arroparme consistía en abrir las piernas a la altura de los hombros y dejar las manos juntas agarradas y con los brazos estirados dejándolas caer, como la posición que adquieren a veces los miembros de seguridad o los policías. Y me observaba, lo sentía.
Después del apretón me relajé, y poco después conseguí despertarme. Cuando encendí la luz y me giré no había nada (OBVIAMENTE), de hecho ni siquieraa estaba arropada tal y como había sentido.
Pensé que quizás sí había sido arropada en algún momento por mis padres y que luego en sueños yo me habría desarropado, pero a la mañana siguiente cuando le pregunté a mi padre, que es quien tiene insomnio y a veces se pasea por la noche para comprobar que estamos bien arropados y con la ventana cerrada o vigila que no nos dejemos luces encendidas o acude si tenemos pesadillas; dijo que no, que él no había pasado por mi cuarto. Mi madre tampoco. Dudo que cualquiera de mis hermanos me tenga suficiente cariño como para arroparme por la noche si paso frío, y además es que anoche hacía muchísimo calor.
Todo esto sucedió sobre las 4.23 am.
Creo que mis pesadillas están muy relacionadas con la temperatura. Debería dormir en un sitio más fresquito.
De todas formas, no me atrevía a apagar la luz de nuevo, así que aflojé unas cuantas bombillas y me quedé durmiendo con la luz encendida.
Oí a mi hermana llorar en una pesadilla, y a mis padres atenderla. También les oí venir a mi cuarto al ver la luz al final del pasillo encendida, pero yo me estaba haciendo la dormida, en ese estado de las cosas incoherentes que no se recuerdan. Sé que pensé "que no me apaguen la luz, que me despierto en el acto con una taquicardia".
Sé que la última vez que miré el reloj eran sobre las 6.30 am.
Este episodio me ha recordado a una vez que soñé creer estar despierta y se me apareció la sombra de un ex-novio y me dio un apretón de mano y un beso, diciéndome "he vuelto". Esa vez sí que me dio un pánico... Pero no sé con quién identifico que una persona me arrope en sueños.
Quizás es una muestra de necesidad de cariño. Sobretodo no me gusta sentirme sola cuando duermo... no es que me sienta desprotegida, es que me siento muy, muy sola; pese a saber que porque duerma al lado de alguien viviré un sueño diferente, siempre conviene tener a alguien cerca para despertarme si empiezo a revolverme con angustia.
Y hoy me he quedado dormida en el tren, en el autobús y en el metro. Suerte que el tren y el metro tenía que ir a estaciones finales de línea, y suerte en el autobús viajaba con mi novio, quien, a parte de ser cómodo para apollarse, hace que me sienta más protegida.
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