Íbamos caminando por una calle del casco antiguo de Mejorada del Campo y mi madre daba la mano a mis hermanos mayores, y uno de ellos me la daba a mí. No sé porqué, parábamos de repente, mi hermano me soltaba y seguían caminando, yo no podía avanzar, les perdía entre la gente (la calle estaba abarrotada). Gritaba y gritaba, pero ellos, a pesar que me oían, no se giraban.
Me solía despertar chillando "mamá" en medio de la noche, bueno, mejor dicho, yo chillaba y mis padres venían y me despertaban.
Más que una pesadilla era un terror nocturno.
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