Es lógico que desde pequeña pensase imposible que una estrella cayendo o unos pedacitos de dientes de león en el aire pudieran cumplir mis sueños.
No podía ser tan simple.
No era lógico.

Pero, eso no quita el hecho de que siempre, en verano, vamos a ver las lluvias estelares;
en primavera soplamos todo diente de león en mi camino
y en mi cumple cierro los ojos antes de soplar y pido un deseo...
Porque aunque no crea en que funcione, porque no tiene sentido, quién sabe... a veces se dan casualidades.
Yo no creo en las casualidades.
Ayer se dio una casualidad, vaya.
Hoy soy feliz.
Mañana ya verás.
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