martes, 29 de enero de 2013

Más allá de la moral...

Parece, desde un punto de vista egocéntrico-paranoico, que al Mundo le ha dado por girar alrededor mía estas últimas semanas.

Tenía un secreto, por así decirlo, aunque de secreto tenía lo mismo que de "malo".
Cada palabra, frase, cada mirada directa o del reojo, parecía ir dirigida a mí, diciendo "sé lo que estás haciendo".

Y yo, intentando fingir que ese doble malvado no había salido aún, ya ni siquiera negaba lo que susurraban las voces de las miradas acusadoras.
Ahora, simplemente, me dedico a callar.

Que el silencio otorgue lo que le venga en gana.

Todo iba mejor siendo malvada. Pero hace unos días, renuncié.
No por cargo de conciencia, sino más bien por un miedo altruista,  por honestidad o por las influencias que tuvo  en mí el libro que leía en el momento, en el cual había una relación directa entre la humillación popular y el honor propio, en el que a la heroína de la historia parecían perseguirle a la par.

Decidí optar por lo que mi niña interior creía "lo correcto".

Y desde que elegí "lo correcto", parece que todo va yendo a peor...

Soy malvada y todo va genial, soy buena y todo se hunde. "Trampa", es la única palabra que se me cruza por la cabeza. Últimamente pensaba que las cosas iban demasiado bien y todo esto parecía parte de una trampa. Como si todo fuera una prueba. Al fin y al cabo, eso es la vida, una Gran Gymkana. Ahora sólo tengo que mantenerme en el bando correcto... Aunque cueste. Quiero saber qué truco retorcido hay detrás de todo esto, ahora comprendo cómo Descartes llegó a una primera conclusión de que había un Genio Malvado...

Pero bueno, "todo pasa por alguna razón" sigue sonando en los ecos de mi cabeza, como un lejano y eclipsado mantra.

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