Objetos frágiles.
Gomaesponja no es uno de ellos.
Es blanda, en primer lugar, aún así impermeable.
Y se amolda a cualquier situación.
Cuesta mucho romperla, pero si se retuerce hasta el extremo, quizás se consiga hacer fisuras. Entonces deja de ser impermeable y acaba rompiéndose.
No soy una copa de cristal que simplemente se cae y se rompe. Soy más bien como los tapones para los oídos que están hechos de gomaesponja. Trato de evitar el sonido, ahora, las voces, también. Preparada para absorber golpes.
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