Es uno de esos días, no me hagas mucho caso.
Solo es uno de esos días.
No sabría si decirte "estoy bien" o "estoy mal".
Todo es ambiguo, rutinario, ni negro, ni blanco, ni siquiera gris.
Es más bien de ese marrón deprimente.
Todo se fusiona entre sí.
Bien y mal.
Divertido y monótono.
Frío y luz.
Gusto y dolor.
Aquellas cosas que no solemos asociar,
la luz debería ser cálida,
la monotonía aburrida,
la diversión espontánea,
el frío asociado con la ausencia de luz,
el gusto placentero
y el dolor por un sufrimiento.
Pero en uno de estos días nada es así.
Todo es así.
Todo y nada.
Pues eso, una fusión.
Una tremenda fusión.
Confusión.
Siempre he sido, soy y seré la perra del hortelano. En cualquier sentido.
Pero no me hagas caso, porque mañana pensaré totalmente lo contrario.
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